Un nuevo caso de suicidio por acoso escolar o bullying nos hace volver la cabeza hacia este grave problema.
El bullying es una conducta negativa indeseada, escrita verbal, psicológica o física de un individuo o grupo hacia otra persona (o personas) que se repite con el tiempo en el ámbito de la educación.
Esas conductas intimidatorias generan un clima de temor donde las víctimas sufren de una amplia gama de problemas psicológicos relacionadas con el ámbito educativo que incluyen la depresión, la ansiedad, baja autoestima, las ausencias a clase y dificultad para concentrarse.
Los datos son estremecedores: uno de cada cuatro jóvenes sufre o sufrirá acoso. Y las secuelas duran toda la vida.
En España, pese a las peticiones de muchos colectivos sociales, aún no se ha establecido por ley un protocolo antibullying en todos los centros educativos de España, un protocolo que proteja a la víctima, que dé herramientas al resto de alumnos para saber reaccionar, que enseñe cómo actuar a profesores y a familias ante una situación de acoso. Gobiernos de países como Inglaterra, Francia o Finlandia ya lo han puesto en marcha con resultados espectaculares, eliminando el acoso escolar hasta en un 79% de los casos, mientras que en nuestro país diversas plataformas ciudadanas intentan paliar la carencia del mismo con iniciativas como la campaña #NiPasoNiMePaso
Desde CampusFP manifiestan su total rechazo contra cualquier tipo de intimidación en los centros educativos.
En CampusFP creen firmemente en su política contra el acoso en el marco del código de conducta de sus centros educativos.
Su política para la prevención del acoso está centrada en crear un ambiente respetuoso, seguro y solidario en el que se promueva el bienestar de todos los alumnos en cada centro y en el que se valore la dignidad de cada individuo. Este ambiente respetuoso ha de ser el que prevalezca en las aulas ya que, además, es imprescindible para desarrollar su modo de trabajo en grupos dentro del “aprender haciendo”.
Entienden que ese “aprender” se tiene de hacer siempre desde el respeto, donde cada persona “importa”.
Cada persona importa mucho y por eso:
- Acogen la diferencia y la diversidad en busca de la inclusión de todos sus alumnos independientemente de que se hallen en una situación de necesidades especiales, de su orientación sexual, raza, religión o situación familiar.
- Animan a los alumnos a resolver incidentes de comportamiento en un entorno no amenazante.
- Promueven el respeto en su comunidad.
- Creen en el liderazgo positivo de los profesores para reforzar los comportamientos positivos.
- Dan importancia al bullying y a su impacto.
- Implementan estrategias de educación y prevención en aras de la empatía, respeto y resiliencia en los alumnos.
Ante el conflicto hay que actuar rápidamente intentando restaurar, en la medida de lo posible, las relaciones de las partes involucradas. Es sabido que hay que abordar los prejuicios y los estereotipos y destacar que el comportamiento de intimidación es inaceptable. Los maestros de todas las asignaturas tendrán como objetivo crear empatía, respeto, autoestima y resiliencia en los estudiantes y actuarán como modelos positivos. Los alumnos, por su parte, deben entender que no hay testigos inocentes, y que todos los incidentes por un comportamiento intimidatorio deben ser comunicados al centro.
Desde CampusFP hacen un llamamiento para defender el derecho de los alumnos a trabajar en un ambiente seguro y no amenazante. Los matones confían y prosperan en nuestro silencio, por eso, para combatir el problema, es importante que todos los comportamientos de intimidación sean comunicados para poder intervenir y para poder, finalmente, erradicar este doloroso fenómeno.
https://www.youtube.com/watch?v=XAQWc8cEoUU
