Aprende a liberar tensiones con tu voz

Maria Josep Besson, es licenciada en canto por el Conservatorio Superior del Liceu de Barcelona y el Royal Northern College of Music de Manchester y Master en Musicoterapia por ISEP.

Se ha dedicado al canto desde que terminó la carrera. Ha trabajado en musicales con Dagoll Dagom, ha formado parte del Coro de Cámara del Palau de la Música y ha ejercido de docente en diferentes centros escolares.

Actualmente, además de dar clases de canto y voz a grupos e individualmente, también ejerce de formadora de voz y musicoterapia para embarazadas y bebés; es profesora en cursos de formación para profesionales, de musicoterapia durante la gestación y primeros años de vida.

¿Cómo llegas a interesarte por la utilización de la voz desde un punto de vista terapéutico?

Ha sido todo un proceso, tanto personal como profesional. Estaba en Estados Unidos, ampliando estudios y trabajando en un musical cuando fuimos a visitar el Monument Valley de Arizona, allí, en una cueva un indio navajo empezó a cantar un lamento acompañado de un tambor. Me impresionó su profundidad, el sonido de su voz salía de sus entrañas, era un sonido autentico, transmitido de generación en generación.

Esta experiencia tan alejada de mi realidad hizo que percibiera el canto no como una manera de lucimiento personal sino como una comunión con un todo. Me rompió los esquemas, hizo que me replanteara tanto la estética como la manera técnica que yo tenia de escuchar y proyectar la voz.

¿De qué te sirvió la experiencia?

Al volver a Barcelona el destino hizo que me encontrara con la situación de dar clases a alumnos que padecían diferentes enfermedades, cáncer, hepatitis, fibromialgia, depresiones … y todas estas personas buscaban en la música y particularmente en el canto una liberación, un medio para expresar aquello que no podían decir con palabras.

De alguna manera , cantar, les estaba dando vida. Fue entonces cuando empecé a interesarme de manera profesional por la musicoterapia y sonoterapia

¿Es la voz un reflejo de nosotros mismos?

La voz es el proceso de una evolución, hay muchas cosas que son reflejo de nosotros mismos y la voz es una de ellas, pero la voz tiene tanto que ver con el hecho de respirar, y respirar dice tantas cosas.

Respirar es vida, el estrés del día a día, las angustias los miedos, los problemas, alteran esta respiración. Tener conciencia de cómo respiramos y cómo proyectamos esta respiración nos ayudará a tranquilizar nuestra mente, y cuando la mente esta tranquila es cuando podemos empezar a buscar soluciones a nuestros problemas.

Cuando emitimos un sonido, ¿podemos aliviar bloqueos emocionales?

Respirar es inhalar y exhalar aire, es cuando le aplicamos un sonido que involucramos al cuerpo, lo proyectamos a través de una energía que sale de nosotros mismos, de nuestras emociones. Requiere una energía que no puede quedar dentro.

Sí, es cuando emitimos un sonido, sea un grito, un lamento, un mantra, una canción que podemos desbloquear nudos emocionales.

¿Un grito puede ser terapéutico?

Un grito puede ser terapéutico, pero bien dirigido, si gritas por gritar o para maltratar a alguien no. Pero si buscas el grito que venga de tus entrañas y lo conviertes en energía sí que puede ser terapéutico.

Un grito bien conducido nos libera.

¿Qué diferencia hay entre una clase de canto y trabajar la voz terapéuticamente?

Una clase de canto bien hecha también tendría que ser holística porque si quieres transmitir un buen sonido tienes que permitir que tu cuerpo, todo tu ser este libre, sin tensiones. Lo que pasa es que en una clase de canto, en principio, el objetivo no es la parte psíquica de la persona. Y en las clases de voz lo importante es buscar la manera de liberar tensiones.

Normalmente, cuando una persona asiste a una clase de voz lo que quiere aliviar un malestar. Que no tiene porque ser algo patológico, para esto están los logopedas. Es más bien algo emocional.

A nivel emocional, ¿qué beneficios ofrece este tipo de terapia?

Modifica el estado de ánimo, mejora la autoestima, mejora las habilidades comunicativas, estimula la memoria, aumenta la concentración. Facilita la cohesión grupal ya que invita al dialogo y comunicación con el resto del grupo. Ofrece vivencias de paz y armonía. Aprendes a escuchar tu cuerpo, tus emociones, reconocer de donde viene la energía cuando tienes que hablar, cuando te comunicas con los otros.

Y sobretodo, el ser consciente mediante la voz de que estás trabajando a nivel emocional y que lo que consigues en las clases puedes adaptarlo a la vida cotidiana, regulas tu respiración, proyectas tu energía, sientes vida, vives.

Núria Navarro

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