Andrés encendió el televisor; había una película ya empezada, parecía interesante. Se apoltronó en la silla del living y se detuvo un buen rato en la pantalla. A la media hora alguien tocó el timbre. Ere Elena, su vecina.
Iris Vaninetti
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Oratoria: «Los discursos no los escucha nadie»
Numerosas han sido las ocasiones en que me encontré con gente angustiada porque debía dar un discurso para un acto solemne y casi nunca faltó alguien que le dijera: “no te preocupes, total, los discursos no los escucha nadie”. La interpretación de este enunciado podría ser: Puedes decir la cantidad de estupideces que quieras, aún de la peor manera, ya que , de cualquier modo, no te escucharán.