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Crowdfunding: financiación colectiva para estudiar

¿Es cada vez más caro estudiar una carrera en España? Según la web del Ministerio de Educación el coste aproximado de una matrícula para cursar un grado en las universidades españolas oscila entre 680 y 1.400 €. Y si le añadimos la información del estudio del National Student Fee and Support Systems de la Comisión Europea, España es el cuarto país más caro de la zona euro para realizar una carrera.

Esta situación, más  la crisis económica que sufre el país, reducen las posibilidades de muchos estudiantes y familias de poder asumir este gasto. Ante dicha realidad, muchos optan por variadas alternativas para obtener el dinero para sus estudios: el apoyo de la familia y amigos, becas, trabajar  a tiempo parcial o completo u obtener financiación ofrecida por los bancos a través de créditos a 11 o 12 meses con un tipo de interés fijo. La Caixa y BBVA son algunas de las entidades que tienen productos dirigidos a este público.

La creatividad ante la crisis

Cada vez más escuchamos hablar sobre el crowdfunding o micromecenazgo en diferentes áreas como la cultura, ecología, pequeñas empresas, ONGs u otras iniciativas. ¿Llegará este sistema a la educación? Primero que nada comenzaremos por definir este concepto:

¿Qué es crowdfunding?

Es una fórmula que se ha puesto de moda para desarrollar proyectos, en los que en un contexto de crisis y recortes, el patrocinio de grandes empresas e instituciones administrativas se ha reducido o prácticamente no existe.

Financiación en masa, colectiva o por suscripción popular. Muchas personas realizan una pequeña aportación  para colaborar a financiar algún proyecto o actividad.

Las redes sociales, ayudan a la difusión y expansión de este tipo de iniciativa. Se suele utilizar Internet para financiar esfuerzos y proyectos de otras personas u organizaciones.

El micromecenazgo puede ser usado para muchos propósitos, desde un grupo de artistas buscando apoyo para una obra o realización, campañas políticas, financiación de deudas, viviendas, escuelas, hasta el nacimiento de compañías o Pymes.

Todo comenzó en Estados Unidos

Cuando el New York Times publicó la noticia sobre Kiana Neisig, una estudiante de 18 años que consiguió recoger fondos para comenzar su carrera en George Fox University y lo hizo a través de una página web de “fundraising” que le recomendó un amigo. Fue aquí cuando surgió una oportunidad para muchos, sobre todo en Estados Unidos, país en el que el coste medio de una matrícula es de 28.000 dólares (22.000€).

Surgió la creatividad y muchas fórmulas para poder costear los estudios. En el caso de futuros médicos Go Fund Me o Medifund. Los interesados se promocionan y publicitan sus perfiles, exponen sus circunstancias y defienden sus ideales y razones por las que alguien debería confiar en ellos. Este concepto fiel al estilo americano, se ha difundido por los estudiantes y para la financiación de otros proyectos personales

La página web Pave.com ofrece un modelo diferente. Los inversores aportan capital a los estudiantes que de acuerdo a su perfil, ofrecen más garantías de obtener éxito profesional, a cambio de un 5% o un 8%  del sueldo que ganarán los primeros diez años tras finalizar su carrera. Lumni.net opera de la misma manera, pero ofrece sus servicios en latinoamerica.

Otras webs como Grad Save se presentan como una solución previsora. Permite que quienes quieran o  puedan contribuir a pagar los futuros estudios universitarios de un  niño (ya tenga semanas, meses o años de edad) aporten dinero en ?estas de cumpleaños, Navidades, comuniones u otras ocasiones especiales etc.

¿Y en España?

En España aún no se emplea el micromecenazgo para ?nanciar la carrera. Existe una alternativa que comienza a expandirse poco a poco en nuestros país: La ?nanciación fuera de la banca, préstamos entre particulares.

La fórmula es sencilla: las plataformas que trabajan este negocio ponen en contacto a prestamistas individuales, gente corriente que quiere obtener rentabilidad de su dinero, con alguien que lo necesite.

Estos préstamos tienen un tipo de interés más bajo que el de los bancos, ya que no tienen una infraestructura costosa detrás que deben mantener. Lendico, uno de los portales referentes en este segmento, no cobra comisiones, son ?exibles con los plazos de devolución del dinero y sus tipos de interés pueden ser del 6%.

Aunque no existe de momento el Crowdfunding, falta poco para que se realicen este tipo de actividades. Destacamos el caso que se produjo en Getyourcause.com, donde una madre murciana abrió en enero un proceso para ayudar a pagar la matrícula de su hija, para que pudiese inscribirse en Ciencias del Mar en la Universidad de Cádiz. En esta ocasión  la retribución que se ofrecía  era la donación de postres caseros elaborados por ella misma.

Otros casos toman especial relevancia en la situación económica en la que estamos viviendo. Se trata de los voluntariados que realizan algunos estudiantes para diversas ONGs o fundaciones de algunas universidades, a cambio de la convalidación de créditos. La Universitat Pompeu Fabra, la Universidad de Valladolid o la de Cantabria, son algunas instituciones que ofrecen estas alternativas.

Algunos centros universitario  ya han hablado de de la posibilidad de abrir procesos de mecenazgos. En concreto de crear una bolsa de particulares para que “apadrinen” a un estudiante pagándole la matrícula, y así evitar el abandono de los estudios por razones económicas.

Lo que si podemos decir es  que el crowdfunding en sus términos más concretos no ha entrado en España, pero cada día surgen colaboraciones e instancias en que los particulares apoyan con dinero alguna iniciativa que no cuenta con recursos, el paso para que el mircromecenazgo llegue a la educación es cada vez más corto.

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