La labor del educador no debe centrarse únicamente en el que el niño alcance un aprendizaje concreto, sino también en el progreso individual y en el refuerzo al máximo de sus posibilidades. Las actividades que se propongan tienen que ser encuadradas dentro de una «situación de aprendizaje»:
– Situaciones naturales, donde se engloban todos los momentos que el niño vive diariamente. Cualquier momento puede tener un enorme interés educativo: la hora de la comida, del cambio, del juego…
– Situaciones que sean abiertas, motivadoras y surgida desde el propio grupo, y siendo utilizadas para el educador como un recurso didáctico.
– Situaciones que sean percibidas por el niño también de forma individual, que le permiten simultáneamente descubrir, expresar y divertirse.
En definitiva, situaciones que sean abiertas al diálogo, con un intercambio enriquecedor con los iguales, el entorno, y el apoyo del educador.
Si lo vemos desde las franjas de edades, podemos diferenciar:
Nivel de 0-1 año, en la que se puede fácilmente encontrar una gran variedad de situaciones evolutivas individuales. Esta fase necesita una enorme planificación y observación individualizada, con un cuidado muy especial en las actuaciones y los tiempos, ya que el orden de las actividades vienen marcadas por las necesidades físicas del niño. De éstas también podemos sacar partido. Por ejemplo, en el momento de la comida, el bebé ejercita sus capacidades motrices, sensoriales y comunicativas necesarias para su aprendizaje.
En el siguiente nivel, de 1 a 2 años, las rutinas poco a poco van ocupando menos tiempo y aumentan las situaciones de juego y actividad. El niño empieza a mostrar más interés por su entorno e interactúa más con él, y que cada vez más va siendo más extenso. Un juguete, el sonido de la lluvia o las hojas caídas del árbol del jardín, son situaciones que se pueden convertir en un recurso con alto nivel de motivación y aprendizaje de los más pequeños.
Para niveles de 3-4- y 5 años, los niños tienen cada vez más interés en determinadas situaciones, y las actividades pueden prolongarse y diversificarse más aún. Partiendo de un una correcta planificación, se llega a un aprendizaje que parta de la globalidad y el interés, siempre con un componente lúdico y participativo.
Excelente día!!
Me gustaría saber si para brindar talleres como herramienta pedagógica en centros educativos se requiere una resolución o permiso del Ministerio o Secretaría de Educación?
Gracias!!
Hola, Liliana:
No, no hace falta ningún permiso especial, tan solo presentar tu candidatura en los centros que te puedan interesar.