Está demostrado de que las personas nos guiamos más según nuestras intuiciones e impulsos que a través de la razón. Realmente nos afectan los problemas psíquicos como son: pérdida de un familiar, una enfermedad grave o el hecho de tener un hijo y solo poderlo ver una vez cada quince días. Antes de seguir me gustaría hacer un pequeño inciso aquí, para comentar de forma anecdótica, que el 70% de las enfermedades coronarias tienen en su origen un factor emocional como la depresión o el estrés, que son unas de las principales causas de muerte hoy en día en el mundo.
Esos problemas son los que nos rompen el ritmo de vida, nuestra manera de pensar es determinante en el ánimo, en la actitud y en el comportamiento. Todos sufrimos ante los problemas, todos tenemos proyectos no realizados, todos queremos amar y ser amados. De ahí la importancia de la gestión emocional, del equilibrio mental unido a la serenidad, para poder resolver cualquier imprevisto o adversidad que te pueda surgir en este largo y, a veces corto camino, que es la vida.
Arrepentirse, quejarse, lamentarse, son adjetivos negativos que no sirven para nada. Gran parte de las personas tienen tendencia a huir de los problemas, evitarlos, buscando excusas e intentando justificar su propio comportamiento. En cambio, una persona positiva rinde entre un 65-80% más que otra que no lo es. Por eso, manejar tu mente y pensamientos “conscientemente” es vital y sólo cuestión de: dedicación y persistencia; esta segunda es importantísima, porque la felicidad no está en conseguir algo, la felicidad está en luchar por ello, y ser perseverante con nuestros sueños.
El PNL (Programación Neurolingüística) nos enseña a analizar los patrones mentales, a facilitar el proceso de codificación de la información. Por eso todos vemos el mundo de una forma única, pero todos transmitimos las sensaciones y pensamientos mediante la comunicación verbal y la “no verbal” de manera igual o muy parecida. Podemos observar que al comunicarse hay cambios físicos en la persona, que son el reflejo directo de los cambios mentales por los cuales la persona está atravesando. Por eso es de vital importancia dicha gestión, tanto para la comunicación interior como para la exterior (relaciones interpersonales).
El positivismo es clave en este aspecto para ver que no hay errores en la vida, sino lecciones, que donde unos ven un problema, otros ven en él una oportunidad, solo depende de nosotros. Tenemos que tener como base: las ganas de cambio y el crecimiento personal, creando en uno mismo, los principales valores de la vida: valentía, humildad y el compromiso.
Hay mucho más, pero está por llegar.
Zeus Gargallo.
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