Los niños de hoy parece que hayan nacido con una tablet bajo el brazo. Muchos manejan este dispositivo mejor que un adulto. Sin embargo, normalizar los modelos tecno pedagógicos sigue siendo una asignatura pendiente en las aulas. Enseñar a los niños a estudiar y trabajar con las nuevas tecnologías es algo que todavía pocos centros practican realmente.
La pregunta es: ¿libros de texto de papel o mejor libros digitales? La respuesta no es única, aunque existen una serie de factores que apuntan a la idoneidad de implantar las tabletas en los colegios para, sobre todo, los alumnos de Infantil y Primaria.
Tabletas sí porque…
- Desde el punto de vista de la economía familiar, la primera gran ventaja de las tabletas es que supondría un ahorro importante. Acusados son los comentarios que cada año se repiten con el gasto medio de las familias en libros de texto que gira en torno a los doscientos euros. Con la tableta, bastaría realizar una inversión de compra inicial, en caso de que no las proporcione el centro, que iría amortizándose curso tras curso. Y en cuanto a los libros de texto, adquirir las versiones digitales, que es algo que depende de que las editoriales adapten su negocio al entorno digital.
- Por otra parte, también conllevaría un ahorro medioambiental. El consumo de papel disminuiría considerablemente.
- Educar en las nuevas tecnologías es otra de las ventajas. Ya te avanzaba al principio la importancia de que los niños se familiaricen con las tabletas y otros aparatos. En el mundo laboral, hoy y en casi todas las profesiones, está fuera quien no sepa idiomas y quien no sepa desenvolverse en Internet, aplicaciones móviles, programas informáticos, etc.
- ¿Y para los niños? Pues , seguramente, acabarían los dolores de espalda por cargar mochilas llenas de libros.
No todo es blanco o negro
Evidentemente, tampoco hay que ser extremados. Los niños deben seguir utilizando libretas, lápices y bolígrafos para aprender a escribir y dibujar. El problema es abocar toda la confianza del proceso de aprendizaje en una sola herramienta. No cabe duda de que lo físico es fundamental para el desarrollo intelectual de los niños, pero también lo es lo digital. En este sentido, Erika González García, profesora de Pedagogía en la Universidad de Granada, habla de la necesidad de que «el profesorado busque las estrategias necesarias a la hora de elegir cada soporte, el físico o el virtual, para rentabilizar el aprendizaje». También es verdad que cada asignatura tiene sus implicaciones y necesidades en cuanto a la programación docente.
De momento, para la próxima vuelta al cole de septiembre parece que la situación será similar. Las editoriales son un agente muy importante en el sector educativo y, también, de su mentalidad y capacidad de adaptación a los nuevos tiempos depende que los centros y, en definitiva, los niños puedan comenzar mucho antes a trabajar con las nuevas tecnologías.
