Por: Noelia García, periodista de El Economista
Un nivel alto de idiomas, capacidad de trabajar a nivel global, con habilidades técnicas y sociales, que cubran aspectos de liderazgo, empatía, asertividad, sensibilidad intercultural y capacidad para promover la innovación interdisciplinaria, entre otras, son las habilidades que necesitan los recién titulados para enfrentarse al mundo laboral. Los expertos en reclutación de talento indican que es muy complicado encontrar un perfil que se adapte a la rapidez del mercado, puesto que las instituciones educativas no cambian al mismo ritmo.
Según el Barómetro de Empleabilidad y Empleo de los universitarios en España, realizado conjuntamente por la CRUE, la Cátedra UNESCO y la Obra Social «la Caixa, los titulados consideran que la Universidad les ha aportado «poco» en la adquisición de competencias relacionadas con la búsqueda de empleo y los contactos personales son, con gran diferencia, el medio al que más recurren para encontrar trabajo. El mismo informe revela el gran «déficit » que tienen los campus a la hora de ayudar a sus alumnos a «preparar los currículum y entrevistas de trabajo»
De esta manera, el mercado de trabajo demanda más habilidades laborales de los graduados que logros académicos, una cuestión de la que es más capaz de ofrecer la universidad privada, puesto que invierte más en talleres y formación ad hoc a lo que el mercado laboral requiere. Otra de sus principales ventajas son los planes de estudios, en los que siempre son más innovadores ofreciendo combinaciones de programas que no existían en ese momento y que tienen más vinculación con el mundo real empresarial. Asimismo, la visión de los alumni es importante para los estudiantes de último curso, puesto que en ellos ven un referente y una oportunidad laboral, con contactos y nuevas expectativas. Se ha pasado del paradigma de que la universidad diga qué ofrece, para indicarlo los reclutadores.
Ya que el 80 por ciento de los trabajos que van a ocupar los hijos en un futuro aún no están inventados, las universidades deben formar en habilidades amplias y flexibles. Estas instituciones se han centrado tradicionalmente en las habilidades técnicas, pero ahora ya deben tender a una educación más completa.
Las empresas también valoran el dominio real del ámbito digital, el haber cursado MOOCs, saber utilizar programas de maquetación, diseño y programación puesto que demuestra la voluntad de completar su formación con temas especializados. No obstante, demostrar que se tienen esas habilidades en la entrevista de trabajo es la mejor manera de entrar con buen pie en esa empresa. Aunque sean los ingenieros, los profesionales de tecnologías de la información (IT) y los especialistas en Big Data los perfiles más demandados este año, según la previsión realizada por la empresa de trabajo temporal Randstad Professionals; lo cierto es que todo el mundo puede formarse en esas competencias necesarias para esta nueva era. Da igual, aunque se haya estudiado Filología, Derecho, Física, Ingeniería, etc., lo importante es demostrar la visión de equipo, el compromiso ético en la actividad profesional, la adaptación al cambio y el liderazgo y la capacidad de comunicar, sobre todo en otra lengua. De hecho, el conocimiento de idiomas incrementa en un 19 por ciento las posibilidades de acceder a un trabajo, según InfoJobs. Además, el 83 por ciento de los empleos disponibles que se anuncian a través de esta compañía necesitan profesionales con una lengua extranjera, un 13 por ciento dos y un 4 por ciento exige conocer más de dos.
