El Coaching, al final es algo que tiene que ayudar a que el cliente realice el cambio o los cambios necesarios que le puedan hacer llegar a cumplir sus objetivos. Esta es desde mi punto de vista la finalidad y la función más importante del coaching. Es el principio del verdadero aprendizaje.
Recordemos que una de nuestras premisas en coaching es “si quieres comprender actúa”. Por eso es primordial esta función en un proceso de Coaching. Durante la sesión aplicamos las competencias del coach, hemos escuchado, acompañado y estado en sintonía con nuestro cliente. Con nuestras preguntas hemos creado consciencia y le hemos hecho reflexionar sobre sus objetivos, valores y creencias. Hemos preguntado para facilitar el autodescubrimimento y el aprendizaje, entonces llega el momento de la verdad.
El punto del proceso donde el cliente tiene que empezar a producir sus pequeños o grandes cambios. En ese momento el cliente está en el nivel de conocimiento consciente, pero este nivel por sí solo no basta para que las cosas cambien.
El paso siguiente es “querer”. Puede que nuestro cliente quiera cambiar, pero esto por si solo tampoco es suficiente. El cliente necesita “saber cómo hacer” los cambios. Y es ahí donde el coach puede y debe marcar la diferencia con la Acción.
El paso siguiente es actuar. El círculo se cierra con la acción. Sin ella, el coaching se queda en un mero potencial que no lleva a diferencias importantes. Puede que el efecto de todo lo anterior dure unos días, semanas o meses pero no provocará cambios estables para el cliente. Puede que el cliente con la mera consciencia y su autodescubrimiento pueda superar o conseguir algunos deseos y objetivos a corto plazo. Pero la finalidad de que el cliente aprenda, interiorizando su aprendizaje y convirtiendo este aprendizaje en habilidades, competencias y recursos personales integrados que le ayuden el resto de su vida, pasa por la necesidad de actuar. Creo que es primordial el “aprendizaje por medio de la acción”. También creo que esto es una de las mejores formas de distinguir el Coaching de la mayoría de terapias.
¿Qué tiene que hacer el coach? El coach tiene que invitar a su cliente a hacer cosas diferentes que le ayuden a cambiar sus hábitos, ganar consciencia de sí mismo, vivir sus valores y cuestionar sus creencias. Todo eso se tiene que traducir en Tareas.
Pienso que es muy importante que el coach proponga siempre una tarea como resultado del proceso vivido durante la sesión. Una tarea clara y específica, acordada con el cliente y aceptada por este, dentro de su compromiso en el proceso y como parte de su responsabilidad individual. Tarea claramente orientada a la Acción, siempre implica -hacer algo-.
La comprensión cognitiva viene después, pues en este momento muchas tareas se van a convertir para el cliente casi en un acto de fe en ti como coach. Aquí os servirá también como prueba inequívoca de vuestro grado de sintonía con el cliente, claro está teniendo en cuenta el momento. No se puede proponer retos fuertes después de la primera sesión, estos desafíos importantes necesitan un alto grado de confianza del cliente hacia ti, esperar el momento oportuno.
Lo ideal de una tarea es que fuera siempre agradable para el cliente, y eso a veces no es del todo así. Debemos plantearlas dentro del marco de aprendizaje por la experiencia, y no como deberes que el cliente tiene que hacer y además hacerlos bien. El aprendizaje esta en el Feedback y no en el buen resultado. El cliente aprenderá sobre el mismo independientemente del resultado, después en la próxima sesión preguntaremos sobre este aprendizaje y podemos evaluar el resultado de la tarea. Antes de que el cliente abandone la sesión debemos hacerle algunas preguntas importantes sobre la tarea.
1. ¿Qué vas a hacer? (si tiene la tarea clara en si misma)
2. ¿Cuándo lo vas a hacer? (importante ponerle acotación temporal)
3. ¿Cómo voy a saber yo, que lo has hecho? (El cliente tiene que informar al coach de que ha cumplido su tarea, y digo, el cliente al coach, porque es su responsabilidad. Os puede llamar, mandar un mail o un SMS etc.)
Estas tres preguntas son básicas y una forma de anclar la tarea con el cliente y facilitar su aprendizaje. Podríamos seguir hablando de los distintos modos de presentar las tareas al cliente; peticiones, retos, desafíos, tareas simples y complejas, pero esto lo dejaré para así tener alguna excusa para reflexionar en otros artículos.
