La nefrología es la especialidad de la medicina que estudia la anatomía de los riñones y la función de estos órganos. La misma etimología de la palabra nos lo indica: la raíz nephrós significa riñón en griego y el sufijo logía equivale a estudio o tratado. En consecuencia, el médico que trabaja en este ámbito es conocido como nefrólogo. Sea como sea, la nefrología no debe confundirse con la urología, una disciplina que abarca todos los aspectos quirúrgicos del riñón y del aparato genital masculino. Sin embargo, en algunos casos, como las infecciones de orina, puede haber solapamiento entre las dos figuras.
Seguramente, alguna vez has oído hablar de dolencias como los cálculos renales y de tratamientos como la diálisis. Ambos fenómenos están directamente vinculados a la nefrología. ¿Quieres saber más sobre los trastornos de la función renal? ¿Sientes curiosidad por esta especialidad de la medicina? ¿Te has planteado ejercer profesionalmente como nefrólogo? En este post, sintetizamos los aspectos fundamentales de esta disciplina. ¡Infórmate y empieza a estudiar!
¿Qué proceso tengo que seguir?
Para ejercer como nefrólogo es imprescindible contar con el grado universitario en Medicina. De hecho, la carrera es la única vía posible para profesionalizarse. Eso sí, hay que tener presente que los estudios se dividen en diversas etapas:
- Estudiar el grado de Medicina durante 6 cursos y superar un total de 360 créditos.
- Cursar el Sistema de Formación Específica en Nefrología durante 4 años.
- Formarse como Médico Interno Residente (MIR).
Una vez superados los 10 cursos, se obtiene el título en Nefrología. Además, es posible aumentar la formación mediante másteres o cursos especializados. Los nefrólogos recién titulados suelen empezar trabajando en el centro donde han cursado el MIR o bien pasan a formar parte de una bolsa de trabajo.
¿Qué patologías trata un nefrólogo?
Como en cualquier otra especialidad de la medicina, hay patologías muy diversas que tratar. En el caso de los nefrólogos, estas son algunas de las más frecuentes:
- Insuficiencia renal aguda o crónica.
- Infecciones del tracto urinario puntuales o recurrentes.
- Cálculos en el riñón.
- Hematuria (pérdida de sangre por la orina).
- Síndrome nefrótico.
- Seguimiento de pacientes en terapias de sustitución renal (diálisis).
- Seguimiento de pacientes en espera de trasplante renal o ya trasplantados.
En cambio, un urólogo se encarga de las cuestiones quirúrgicas vinculadas al aparato urinario y de los trastornos del aparato reproductor masculino (disfunción eréctil, eyaculación precoz, problemas de fertilidad, etc.).
¿Dónde podré trabajar?
Aunque la carrera de Medicina, después de 10 años de estudio, implica muchos sacrificios, a la hora de encontrar trabajo es toda una garantía. De hecho, se trata de una de las titulaciones con mayor tasa de empleabilidad. Si eres nefrólogo, tienes dos opciones principales: ejercer como doctor o dedicarte a la investigación. De todas formas, se trata de dos actividades perfectamente compatibles. A grandes rasgos, un nefrólogo puede trabajar en estos ámbitos:
- Sanidad pública.
- Sanidad privada.
- Fundaciones sanitarias.
- Centros de investigación científica.
- Docencia universitaria.
¿Quieres dedicarte a la medicina? ¿La especialización que más te atrae es la nefrología? ¿Te interesa formarte en urología? Pues consulta la oferta de cursos disponible en Emagister y elige el que mejor se ajuste a tus necesidades. ¡Tú decides!
Este artículo ha sido actualizado en diciembre de 2021.