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Aprender idiomas más fácilmente con internet y las nuevas tecnologías

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Vivimos en la era digital, una era en constante cambio y con la tecnología sorprendiéndonos a cada momento. A diario salen nuevas posibilidades, nuevos productos, nuevas vías de accesibilidad que nos permiten desarrollar nuestros conocimientos de una manera más fácil y cómoda, gracias a la globalización y la ruptura de barreras que supone el vasto universo de internet.

Es un hecho que el mundo de la información se ha visto claramente afectado desde la llegada de internet, y es que ahora podemos acceder, en cuestión de segundos, a toda la información que queramos y desde cualquier punto del planeta. La red nos ha conectado, dejando atrás las trabas que la distancia física suponía, algo que ha cambiado radicalmente el ámbito de la comunicación.

A la hora de formarse y aprender, la aparición del E-learning ha revolucionado el sector, acercando a los alumnos a los centros de formación y haciendo posible que podamos estudiar sin ni siquiera movernos del sofá de nuestra casa. Pero…¿Cómo afecta este hecho a la hora de aprender idiomas?

Las academias de formación ya disponen de cursos en modalidad online o a distancia, donde cualquier alumno puede desarrollar sus conocimientos en un nuevo idioma gracias a las clases en directo o las tutorías mediante videoconferencia, ya que existen varias aplicaciones desarrolladas para tal efecto. Además, actualmente disponemos de innumerables videotutoriales de gramática o fonética en una plataforma tan conocida como Youtube, donde los formadores suben el contenido para el uso y disfrute de todo el que quiera aprender. Por otro lado, también se puede acceder a muchos portales web que se dedican a la traducción entre cualquier idioma o dialecto que se nos pueda ocurrir. Es como tener un traductor personal, disponible las 24 horas del día y los 365 días del año.

Mientras los alumnos del siglo XX consultaron pesados tomos de enciclopedia en largas hileras de libros de biblioteca, hoy en día el conocimiento está a una búsqueda en Google en los smartphones, tablets y ordenadores de todos los usuarios. Es indudable que todas estas herramientas son un apoyo de incalculable valor, pero siempre hay que andar con cuidado ya que se pueden convertir en armas de doble filo. Internet es gigantesco, descomunal y tan accesible, que cualquiera puede subir información, siendo dudosa  la fiabilidad de estos contenidos y pudiendo afectar más de lo que ayudan.

No obstante, todos estos servicios a los que los estudiantes tienen acceso, sólo deberían ser complementarios a su formación, no la base de su aprendizaje como se están acostumbrando a hacer. Aquí entra la labor del profesor, tutor, o educador, quien se tiene que reinventar en su labor, no sólo formando, sino actuando de filtro sobre la información que recibe el alumno fuera de las aulas, ya sean físicas o virtuales.

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