La efectividad es saber encontrar la respuesta adecuada a una determinada situación de forma contundente. Todo directivo o profesional a lo largo de su trayectoria se va formando para adquirir los conocimientos, capacidades y habilidades para ejercer su trabajo de forma eficaz. Pero en determinadas ocasiones ser efectivo no resulta tan fácil, requiere de dedicación, esfuerzo y motivación para lograrlo.
Para conseguir cambios en nuestro entorno, primero hemos de cambiar nosotros mismos. Lograr las más altas aspiraciones y superar los mayores retos requiere del desarrollo de nuestra mente, agudizar e invertir en nuestra propia formación, fuerza de voluntad y confianza. El directivo debe aprender a desarrollar la autoconciencia para ser capaz de descubrir los guiones que no son efectivos y los hábitos inadecuados. Para empezar, primero hay que trabajar el compromiso y hacerse responsables de la propia efectividad, de la felicidad, de los fracasos y de los logros.
Aquí te presentamos cuáles son estos hábitos para desarrollar la efectividad.
«El poder de comprometernos con nosotros mismos y de mantener ese compromiso es la esencia del desarrollo de los hábitos básicos de la efectividad.» Stephen R. Covey
El objetivo de adquirir los 10 hábitos de la efectividad de un directivo exitoso permite interiorizar de forma paulatina y constante el liderazgo proactivo que se irá desarrollando, a medida que la voluntad independiente potencia los talentos aceptando las debilidades para reinventarlas y convertirlas en fortalezas.
1. Saber gestionar el tiempo
El tiempo es el mayor tesoro que toda persona y profesional posee, para poder llegar a ser efectivos debemos de ser capaz de administrarlo de forma eficaz.
- Analizar y organizar las tareas diarias.
- Eliminar las actividades que no dan resultados o que son distracciones.
- Delegar tareas.
- Ser realistas al distribuir las actividades.
- Mantener un ritmo constante.
2. Desarrollo de creencias potenciales
Los directivos y ejecutivos eficaces se centran en pensamientos que orienten sus actuaciones hacia el alcance de los resultados propuestos. ¿Qué resultados espero de mí? La respuesta debe estar centrada en pensamientos positivos y motivadores para eliminar las creencias limitantes y empoderarnos de nuestro propio liderazgo.
3. Los ejecutivos eficaces se basan en las fortalezas y aceptan las debilidades
Las fortalezas son el motor base para encontrar los talentos que permiten a los profesionales encontrar una guía asertiva para el desarrollo adecuado de las actividades laborales. A su vez, aceptar las debilidades es reconocer la oportunidad de incrementar la posibilidad de reaprender o reinventar un hábito, una creencia, un conocimiento o habilidad, para transformarla y crecer como profesional y persona.
4. Establecer prioridades = efectividad
En determinadas ocasiones, los directivos pueden encontrar la agenda repleta de actividades, responsabilidades y tareas que deberán clasificar por el grado de importancia a partir de tres puntos clave: necesidad, tiempo y resultado.
- Necesidad de la tarea: el directivo debe preguntarse ¿para qué realizo esta tarea o actividad? En función de la respuesta, sabrá si es una necesidad urgente o puede ser pospuesta.
- Tiempo de la tarea: el directivo deberá preguntarse ¿cuánto tiempo necesito para esta tarea o actividad? Es importante que conozca el tiempo que debe dedicar a cada función o trabajo que realiza, de esta manera su distribución será apropiada.
- Resultado de la tarea: como se sabe en el mundo empresarial, las bases del juego se determinan mediante el equilibrio entre esfuerzo y resultado y una productividad positiva es la que determina el éxito y el logro.
5. Ser proactivos
La proactividad es una actitud propia de los directivos y ejecutivos que asumen el pleno control de su conducta de modo activo. Este hecho significa que saben tomar la iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y audaces para generar mejoras en sus actividades. Para ello, hay que asumir la responsabilidad de actuar para cumplir las metas y objetivos.
6. Saber gestionar los cambios
El mundo es un sistema vivo en donde el cambio es la matriz subyacente, donde cada persona adquiere un rol y un compromiso. Tomar conciencia de que los cambios son oportunidades es uno de los mayores objetivos que todo directivo y ejecutivo exitoso debe comprender mediante la renuncia a la resistencia.
7. Gestionar las emociones
Cada persona es un profesional en potencia en su ámbito de trabajo y desarrollo de actividades. Las emociones pueden ser adecuadas o inadecuadas, están vinculadas intrínsecamente a nuestros resultados. Por ello, la importancia de conocer las emociones que emergen en determinadas circunstancias yace en saber hacerles frente. Las emociones se aceptan, se comprenden, se trabajan y se liberan obteniendo equilibrio y confianza.
8. Desarrollo de la creatividad
La creatividad es la capacidad para pensar y actuar de forma original, es tratar de alcanzar lo imposible y conseguir lo improbable mediante la imaginación y la contemplación. La creatividad consiste en retomar lo que sabemos para encontrar lo que no sabemos, permitiéndonos descubrir respuestas y oportunidades para obtener resultados diferentes.
9. Ser íntegros = juego de ganar & ganar
La integridad se basa en los valores y el resultado obtenido está fundamentado en las actitudes y actividades desempeñadas bajo la moralidad y la ética. Un directivo que busque el éxito debe pensar mediante el beneficio mutuo y la cooperación como base de relaciones sostenibles, estableciendo acuerdos y construyendo interrelaciones de alta confianza.
10. Reinventarse a sí mismo
Se obtiene mediante la identificación de las actividades que aumenten la capacidad de trabajo para producir resultados de calidad. De esta manera, es posible comprender la importancia de la formación continua y la renovación profesional.
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