Situación, real, de dos chicas hablando de su futuro laboral: «No encuentro trabajo y ya llevo mucho tiempo buscando, no sé qué estoy haciendo mal» se lamenta una. «¿Por qué no te inventas el currículum? Pon la experiencia acorde a lo que estás buscando y verás cómo rápidamente te llaman para hacer entrevistas» le aconseja la otra.
Este es el ejemplo más exagerado a la hora de falsear un currículum, y solo se aconseja a deportistas de aventura que necesiten dosis máximas de adrenalina. Los expertos en recursos humanos saben distinguir cuándo un currículum vitae es real o no, pero a pesar de ello, alguien que se invente el CV de cabo a rabo y sea un buen actor podría llegar a conseguir una primera entrevista. Eso sí, supone un riesgo y un esfuerzo titánico mantener una mentira durante mucho tiempo, por algo se dice aquello de «se caza antes a un mentiroso que a un cojo».
Claramente el ejemplo anterior es extremo, pero seguro que alguna vez te ha tentado maquillar tu experiencia profesional o formación. Veamos cuáles son las mentiras más comunes en un currículum y sus posibles consecuencias:
Los idiomas, el adorno más frecuente. «Inglés alto» significa que sabes escribir y hablar inglés de forma fluida. No te puede pillar desprevenido si te piden redactar un artículo, hacer un análisis de un texto académico o incluso hacer toda la entrevista en inglés sin previo aviso. «Nivel medio» significa que puedes mantener una conversación más o menos con soltura. No te extrañes si te hacen simular una llamada telefónica o escribir un texto sobre algún tema genérico.
Nivel de estudios. A menos que seas familiar del pequeño Nicolás, es muy fácil comprobar si realmente posees la licenciatura o el máster que indicas en tu CV. Cuando son cursos muy concretos y específicos, basta con pasar alguna prueba técnica en alguna de las entrevistas para evidenciar si realmente te has formado en lo que dices haber estudiado. Si es cierto que tienes muchos años de experiencia en el sector, pero no tienes una titulación que lo acredite, infórmate y convalida tus conocimientos con los certificados de profesionalidad.
Rellenar los huecos temporales con trabajos que no realizaste. Hasta hace un tiempo, cuando el periodo inactivo entre trabajo y trabajo era amplio, era pregunta obligatoria saber qué había sucedido. Hoy en día, los propios seleccionadores son conscientes de la dificultad de encontrar un empleo. Lo que realmente importa durante ese tiempo es si te mantuviste activo, si hiciste algún curso de reciclaje, si fuiste voluntario en alguna asociación, si estuviste creando tu marca digital o si simplemente hiciste el viaje de tus sueños.
Resaltar funciones nunca antes desempeñadas. Si, a pesar de ser falso, lo haces tan bien en la entrevista que al final consigues el trabajo, recuerda que en todo contrato hay un periodo de prueba. Tú mismo te delatarás en menos de lo que canta un gallo.
