De entrada no parece una opción demasiado atractiva, para qué engañarse. La muerte nunca es agradable, pero es algo que siempre está presente. Al menos si se vive en el planeta tierra. Y es un sector que ofrece bastantes oportunidades y, sobre todo, estabilidad. Alguien se tiene que encargar de los trámites y detalles relacionados con la defunción y ahí está la oportunidad laboral.
Hay que pensar más allá de la típica funeraria que se aparece en la mente cuando se imagina un futuro profesional dentro del sector. El proceso que se desarrolla desde la muerte oficial de una persona hasta el momento del entierro o la incineración requiere la implicación de un número de trabajadores más alto de lo que se puede pensar en un primer momento. Gestiones administrativos, organización de la ceremonia, preparación del cuerpo… una serie de pasos que hay que seguir obligatoriamente y de los que se tiene que encargar un profesional.
Estos son algunos de los estudios relacionados con el sector funerario que se pueden llevar a cabo:
-Atención al cliente: hay que tener muy en cuenta que las personas que vayan a requerir nuestros servicios posiblemente no estén pasando un buen momento así que hay que prestarles una atención especial. Mantener la compostura, explicar los trámites necesarios de manera comprensible y encargarse de los procesos de manera eficiente son claves en esas situaciones. Para los interesados existen másters de Atención al cliente: calidad en los servicios funerarios que les ayudarán a equiparse con las herramientas necesarias.
–Tanatopraxia: consiste en un conjunto de técnicas cuyo fin es mejorar el aspecto de los fallecidos. Para ello hay que tener conocimientos de anatomía y embalsamamiento, así como la normativa legal que se aplica a estos procesos. También es recomendable saber cuáles son los rituales mortuorios de las diferentes religiones y culturas.
-Tanatoestética: además del embalsamamiento de los cadáveres y su reconstrucción, también se puede mejorar la imagen del cuerpo con maquillaje y otras técnicas de estética. Para llevar a cabo este trabajo es necesario tener conocimientos de los fenómenos que sufre el cadáver, así como de reconstrucción (por ejemplo, cómo realizar puntos de sutura en la cara de un fallecido). El trabajador o trabajadora también tiene que estar formado acerca de la bioseguridad, los riesgos laborales, y la documentación sanitaria relacionada con esta labor.
-Organización del evento: tanatorio, funeral (religioso o laico), desplazamientos… el ritual funerario está lleno de detalles que los familiares o las personas cercanas suelen delegar a un profesional. Ahí es donde aparece la figura del técnico y organizador de eventos funerarios para que todo funcione a la perfección y ningún fallo haga más difícil el duelo de las personas cercanas a la persona fallecida.
-Trámites fiscales: el proceso de la gestión del fallecimiento no termina con el funeral. A partir de ahí comienza un proceso administrativo que en algunas ocasiones no presenta más problemas que el tiempo que se tarda en realizar todas las gestiones, pero en otras puede llegar a complicarse mucho. Herencias, legados, impuestos de sucesión, testamentos…pueden ser focos de discusión entre la familia del fallecido, por lo que es necesario que una persona preparada cumpla a rajatabla la legalidad establecida para que dichos problemas se resuelvan de la manera más justa posible. Aunque no sea nada fácil. De hecho existe una rama del Derecho especializada en el tema (quizá unos cuantos conocimientos de psicología tampoco estén de más).
Si estás interesado o interesada en adquirir conocimientos sobre el sector funerario en Emagister te brindamos un montón de opciones para que te formes para trabajar en él ¡Adelante!
