Entre los juristas hay una anécdota muy conocida que cuenta cómo reflexionaban dos maestros del Derecho español una tarde paseando: “Hoy, lo que hay que hacer es saber inglés” enunció el primero, a lo que el otro replicó: “Lo que hay que saber es Derecho”. En el mundo en que vivimos esta duda ha quedado despejada, el inglés y el Derecho son un matrimonio imposible de separar.