La efectividad es saber encontrar la respuesta adecuada a una determinada situación de forma contundente. Todo directivo o profesional a lo largo de su trayectoria se va formando para adquirir los conocimientos, capacidades y habilidades para ejercer su trabajo de forma eficaz. Pero en determinadas ocasiones ser efectivo no resulta tan fácil, requiere de dedicación, esfuerzo y motivación para lograrlo.
Para conseguir cambios en nuestro entorno, primero hemos de cambiar nosotros mismos. Lograr las más altas aspiraciones y superar los mayores retos requiere del desarrollo de nuestra mente, agudizar e invertir en nuestra propia formación, fuerza de voluntad y confianza. El directivo debe aprender a desarrollar la autoconciencia para ser capaz de descubrir los guiones que no son efectivos y los hábitos inadecuados. Para empezar, primero hay que trabajar el compromiso y hacerse responsables de la propia efectividad, de la felicidad, de los fracasos y de los logros.
Aquí te presentamos cuáles son estos hábitos para desarrollar la efectividad.
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