El ser humano, en su fase adulta, tiene la capacidad de procesar ideas, de expresar sentimientos y de filtrar o equilibrar emociones. Sin embargo, en la etapa infantil su unidad cuerpo-mente todavía no está desarrollada ya que toda su energía y funciones están encaminadas a completar su desarrollo físico-orgánico. Erróneamente se piensa que los niños tienen ideas (que piensan) o que manifiestan emociones propias. «Pero si se es capaz de observar en forma objetiva a los niños, se podrá comprobar con certeza esta realidad: Los niños no piensan, son pensados.»
Educador social- Guía de la profesión
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