Perder la identidad por culpa del cáncer no resulta fácil. A la noticia de tener un tumor se suma la huella que éste deja, en la mayoría de los casos, en el rostro. El carcinoma basocelular es una neoplasia que se localiza en la piel, con frecuencia en el rostro, no es tan agresivo como su «compañero» el melanoma, pero roba la apaga la vida de los pacientes poco a poco.