Cada año son muchos los estudiantes de todas las edades que buscan la posibilidad de formarse en un país extranjero. Los motivos suelen ser: el bonus de aprender otro idioma con el que mejorar nuestro currículum, la experiencia vital de desarrollarte en un entorno totalmente nuevo y desconocido, y la posibilidad de acceder a un mercado laboral que goce de mejor salud que el que dejamos en nuestro país de origen.
Sin embargo, empezar una nueva vida en un nuevo país no sólo conlleva dificultades de tipo organizativo o personal, sino que además solemos necesitar un colchón financiero para iniciar los preparativos y pagarnos los estudios. En muchos casos no disponemos de él y debemos salir en busca de financiación externa, ya sea en forma de becas subvencionadas por alguna organización pública o privada o un préstamo bancario.