Viajar es, a menudo, una actividad asociada al placer y a la desconexión. Sin embargo, hay profesiones que implican movimiento más allá de los gustos personales. Se trata de trabajos que están constantemente vinculados a otros países, ya sea por cuestiones turísticas, por cuestiones políticas o por cuestiones de transporte. Así pues, si nos gusta coger la maleta, ¿por qué no juntar nuestra pasión por los viajes con las obligaciones laborales? Aunque la obligación puede causar cierta fatiga, si gestionamos bien factores externos (situación familiar, vínculos afectivos, etc.) el resultado suele ser muy positivo.
El viaje puede ser un gran placer o una tortura
Los viajes son una ventana abierta de experiencias que pueden ser agradables o llegar a extremos de sentir unas ganas … Leer más