Trabajar en educación familiar

Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, “la familia es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad” y como tal se ve afectada por las transformaciones sociales. En los últimos tiempos, la sociedad en la que vivimos ha evolucionado a pasos agigantados sin apenas darnos tiempo a asimilar los cambios estructurales y de valores que se han producido y que repercuten en la institución familiar, modificando su rol y sus funciones y llevándola a un estado de inestabilidad, fragilidad y desorientación. En este contexto se vuelve cada vez más necesaria la formación en educación familiar dirigida especialmente a aquellos profesionales implicados en el proceso educativo, ya sean educadores, maestros y profesores, pedagogos, psicólogos, psicopedagogos, educadores sociales, etc.

Para qué sirve la educación familiar.

La familia es el primer ámbito socializador de los menores, seguido de la escuela y de la propia sociedad, y condiciona enormemente su desarrollo social y educativo. De modo que la función de la educación familiar es ayudar y complementar los procesos educativos de estos tres ámbitos socializadores y de aprendizaje constante, además de recuperar el rol educador de los padres para que vuelvan a ser los protagonistas en la educación de sus hijos. La mayoría de familias que requieren el apoyo de un educador familiar viven en barrios periféricos, a menudo marginales con problemáticas familiares y sociales diversas. Por lo tanto, la educación familiar debe tener en cuenta la pluralidad existente, procurar la integración social y evitar la estigmatización por motivos económicos, culturales o sociales.

La figura del educador familiar.

Partiendo de la premisa de que la familia es la protagonista de la educación y del crecimiento personal, el educador familiar trabaja en contacto directo con la familia y su entorno cotidiano. En relación a los padres, evalúa sus habilidades como tal, sus capacidades educativas y los modelos educativos utilizados, para luego orientarles en sus relaciones de convivencia y pautas educativas, asesorarles en la solicitud de recursos y prestaciones, y comprobando in situ el cuidado que reciben los menores. En cuanto a los menores, interactúa con ellos en los ámbitos de la escuela y el barrio o la comunidad para ayudarles a superar dificultades de integración, si las hay, y les guía e inspira acerca de recursos educativos y actividades de ocio y tiempo libre. El educador familiar también se encarga de programar actividades socio-educativas para toda la familia, por ejemplo relacionadas con organización y economía familiar, salud y actividad física, integración de los menores en el centro escolar y orientación formativa y laboral. Además se coordina con las instituciones socio-educativas. Para ser educador familiar es importante poseer habilidades personales como la empatía, la neutralidad, saber escuchar y planificar estrategias, mostrar una actitud sensible y respetuosa hacia los casos y las situaciones con las que trabaje, etc.

Fórmate en educación familiar.

Aunque algunas universidades incluyen un módulo o asignatura de educación familiar dentro de los planes de estudio de grados relacionados como Educación Social, existe formación específica en educación familiar ya sean másters y posgrados como el Postgrado en Matrimonio y Educación Familiar de la Universitat Internacional de Catalunya o cursos certificados como el de Educador Familiar: Intervención con Familias Multiproblemáticas y Educador Familiar: Intervención con Familias en Riesgo de Exclusión Social.