La Descodificación Biológica Original facilita la localización del programa en que se organizo esa forma de respuesta.
Todo el sistema está regido por la química cerebral.
La actividad en el sistema nervioso y en el cuerpo está regulada por neurotransmisores y hormonas. Los neurotransmisores se originan en el sistema nervioso, mientras que las hormonas son fabricadas por las glándulas. Los neurotransmisores van pasando de una neurona a otra para que los impulsos eléctricos vayan recorriendo distintas partes del cerebro y de los nervios del cuerpo. Las hormonas viajan por todo el organismo a través de la sangre, produciendo efectos específicos sobre los órganos para permitir que se coordinen entre ellos. Ambos son sustancias que juegan un papel importante en nuestro estado de salud física y emocional.
Disponemos de hormonas que participan en los estados emocionales agradables y otras que lo harán bajo sensaciones desagradables. Por ejemplo, el cortisol es útil si estamos ante una situación de real de estrés cuando hay un peligro claro: fuego, la sensación de persecución, un accidente, un ataque, un problema o una situación preocupante. Es la hormona que permite gestionar el estrés. Si hay un exceso de cortisol y no se consume, puede generar distintos fallos. En niños produce una disminución en el crecimiento, pérdida de atención o dispersión, por lo que se puede decir que las emociones negativas pueden interferir en la capacidad de aprender, de crecer y de relacionarse.
Recordar: nadie puede aprender con o bajo presión que genera estrés.
Otro de los aspectos negativos de permanecer en estrés es que cuando se ha vivido un conflicto biológico el exceso de cortisol mantiene al sujeto en simpaticotonía impidiendo su recuperación. Hago un paréntesis: hay un conflicto especifico de la corteza suprarrenal que se asocia al cortisol y es el conflicto biológico de haber tomado la decisión equivocada.
En el momento en que encontramos una solución a nuestros conflictos aparece una sensación de bienestar, calma, a veces cansancio, es el “ya pasó todo”. El proceso siguiente al momento de estrés es gestionado por el sistema nervioso autónomo parasimpático mediante el Nervio Vago. En la medida en que nos sentimos bien, aparecen las sensaciones y emociones agradables que generan la producción de hormonas del bienestar. Este equipo puede ser llamado el cuarteto de la felicidad. Son la serotonina, las endorfinas, la oxitocina y el neurotransmisor dopamina. Cuando el cerebro emite estos químicos la persona se siente bien.
· La serotonina funciona como un neurotransmisor que se secreta en el cerebro y en un 80% en los intestinos mediante la transformación del triptófano. Es la encargada de mantener en equilibrio el estado de ánimo y por ello se le conoce como la sustancia de la felicidad, el apetito, la digestión, el sentir saciedad, el movimiento intestinal, el sueño, el desempeño sexual y las relaciones. El deporte, la actividad física y la alimentación rica en triptófano ayudan a su sintetización.
· La dopamina está encargada de las sensaciones de bienestar, relajación, calma y placer. Participa en el movimiento, en el sueño y en el humor; por eso reír ayuda tanto en la recuperación de la felicidad. Cuando disminuye, también lo hacen las endorfinas. Niveles bajos de dopamina se asocian con problemas de socialización, ya que es la hormona del encuentro con el otro y se puede vivir, por ejemplo, ansiedad social, apatía, anhedonia. El contacto y las relaciones con los demás o, en el caso de los alimentos, la fruta madura o comidas con antioxidantes ayudan a mantener su nivel. La dopamina regula el acercarse a lo positivo y alejarse de lo negativo.
· La oxitocina u hormona del amor nos permite sentir emociones intensas y regular la conducta relacional, así como formar vínculos. Está implicada en comportamientos de confianza, empatía, compasión, generosidad, altruismo, cuidado propio y del otro además de tener un rol fundamental en el parto, el maternaje, la lactancia, la regulación del miedo mediante la eliminación de la inactividad o de la evitación pasiva. Hay diferentes maneras para aumentar la oxitocina en el cuerpo de forma natural como por ejemplo el contacto físico con otras personas (abrazos, caricias, besos…), el compartir tiempo con amigos o con personas que queremos, pertenecer a grupos o equipos, mirar con amor a las personas, ver a un bebé, comer dulces o chocolate, escuchar música, bailar, acariciar a una mascota o a uno mismo, tener relaciones sexuales o practicar meditación.
· Las endorfinas participan en la sensación de placer y ayudan a la inhibición del dolor físico y psicoemocional.
Podemos colaborar con el proceso de secreción de todas estas sustancias mediante la alimentación, la actividad física y sobre todo la actitud hacia la vida, hacia uno mismo o los otros.
La investigadora Loretta G. Breuning, autora del libro “Hábitos de un cerebro feliz” y profesora emérita de la Universidad Estatal de California (EE.UU.) dice:
Sería bueno que surgieran todo el tiempo, pero no funcionan así ya que cada químico de la felicidad tiene un trabajo especial que hacer y se apaga una vez que el trabajo está hecho”.
Real, imaginario, virtual o simbólico para el cerebro son lo mismo; por lo que el recuerdo puede activar la producción de una química agradable. Además, los pensamientos positivos igual que los recuerdos positivos crean nuevas conexiones neuronales y eso genera neuro plasticidad.
A pesar de que todavía no podemos cambiar la información que contienen nuestros genes, sí que podemos cambiar nuestra forma de pensar”. Bruce Lipton
Reír, contar chistes, hablar de recuerdos positivos, sentirlos en tiempo presente. Cantar, bailar, tocarse, tocar a otros si lo permiten, sentirse acompañado, acariciar a un animal, sonreír a desconocidos o a conocidos, trabajar o sentirse en un grupo.
La buena comunicación: esencial para nuestro bienestar emocional. Si vivimos una experiencia de connotación negativa y podemos hablar y contar lo que nos ha ocurrido la carga de estrés disminuye inmediatamente. Nos vamos tranquilizando, calmando y sobre todo que lo que sale no queda dentro del cuerpo. Liberar la carga tensional emocional comienza por aprender a expresarnos desde las tripas.
Lo que no se llora se sangra y no es lo mismo llorar con consciencia que sin ella.
Bien, mal, tranquilo, nervioso, angustiado, entristecido, etc. son solo clasificaciones mentales que no describen un estado interior. Para comunicar desde lo emocional hemos de reconocer los estados emocionales, ver qué impacto tienen en el cuerpo y poder expresarlos.
Tampoco nos es muy útil cuando queremos describir lo que sentimos el hablar desde lo negativo o desde la negación. El inconsciente no entiende el NO. Por ejemplo, no me siento mal, ya no estoy intranquilo, no siento tristeza, no estoy alterada,… no describen lo que se siente sino lo que no se siente. Pasarlo al positivo es una manera de reconectar con lo que sentimos: Cuándo no sientes tristeza, ¿Qué sientes?
Podemos ayudarnos y ayudar a los otros cuando hablamos desde lo más neutro. Un simple hecho que puede marcar una diferencia. Por ejemplo, solemos preguntar ¿Estás bien? o ¿Estás mal? En lugar de un simple: ¿Cómo estás? Así damos la oportunidad al otro de responder desde donde se encuentra.
En Argentina se dice:
¿Cómo estás?
Bien o ¿te cuento?
A nivel emocional la comunicación es fundamental para poder sentirnos estables. Aprender a comunicar significa comenzar por describir de manera neutra lo que vivimos, poder describir lo que sentimos y poder hacer o pedir lo que necesitamos.
Aprender a comunicar significa dejar de criticar a otros, juzgar acciones o características personales, dejar de acusar de nuestros males a otras personas. Aprender a comunicar es hablar amando al otro, aunque no se acepte lo que hace. Ver otros puntos de vista. Aceptar que los mapas mentales de cada persona se han construido por sus conflictos y que no se pueden atacar las historias. Tener empatía por el otro y sus vivencias.
Cariño, ¿Estás enfadada?
No, ya te he dicho que no… Me voy a dormir ¡Hablamos mañana!
¡Pero si son las dos de la tarde!
¡Hablamos mañana he dicho!
La falta de asertividad en nuestras respuestas (decir sí o no según necesitamos) genera estrés y en consecuencia un aumento del cortisol y ya sabemos lo que este produce en el cuerpo.
No saber expresar lo que queremos nos lleva a vivir con estrés.
La felicidad es el camino. La felicidad no es lo que nos pasa. El bienestar emocional se vive en el día a día cuando disfrutamos lo que estamos viviendo, lo que hacemos, cuando la vida tiene sentido. Víctor Frankl, psicoterapeuta,estuvo en campos de concentración y perdió a toda su familia. Dice que sólo porque su vida tenía un sentido pudo mirar hacia el futuro. Fundó la escuela de logoterapia.
La felicidad, el bienestar llega cuando nuestra vida tiene un sentido.
- ¿Te has preguntado que te hace feliz?
- ¿Has dejado ya de culpar a la vida o a los otros por tu existencia?
- ¿Has agradecido lo suficiente la vida que te han dado tus padres?
- ¿Sigues lamentándote sin aprender de las experiencias?
Revisar la historia de los ancestros y los padres puede ayudar a entender qué sentido tiene nuestra vida cuando cumplimos con mandatos parentales y/o familiares. La misión de cada uno nada tiene que ver con lo que les faltó a nuestros familiares hasta que nos damos cuenta de que podemos soltar ese lastre y vivir como decidamos.
Mientras no lo descubrimos actuamos de una manera que consideramos segura por temor al futuro y a que nos miren mal en nuestras famili
as, pero: ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Recuerda: Aunque lo hagas diferente seguirás perteneciendo.
En la película En busca de la Felicidad título protagonizado por Will Smith (The pursuit of happiness) hay una escena muy motivadora en la que el padre le dice al hijo:
No permitas nunca que alguien te diga que no puedes hacer algo. Ni siquiera yo, ¿vale? Si tienes un sueño, tienes que protegerlo. las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tú tampoco puedes. Si quieres algo ve a por ello y punto.”
Soltar el pasado nos ayuda a salir de la angustia. Mirar el futuro con confianza nos aleja de la ansiedad. Vivir en tiempo presente nos da felicidad.
El bienestar emocional está dentro. Los desequilibrios emocionales no provienen de lo que otro haga, diga o piense sino de lo que cada uno piensa, hace o dice. Para el inconsciente el otro no existe.
Durante un tiempo le asignamos la existencia de nuestros problemas a nuestros padres y su incapacidad de hacernos felices y de darnos el 100% de lo que necesitamos. Luego a la familia completa, a los amigos, a los compañeros hasta que llega la pareja y ya le podemos traspasar la totalidad de nuestras desdichas. Una vez más, dejamos todo fuera.
Una mujer cree que todos los hombres son unos aprovechados, inútiles que acaban marchándose. Sus tres parejas serias fueron así y a ella le han servido para confirmar su creencia. Cuando no consigue la felicidad con las parejas la busca con el chocolate y sino con compras o con juegos. Ha depositado el bienestar emocional en todo lo que es exterior.
La felicidad no viene de afuera, de la cantidad de cosas que tenemos, de la cantidad de relaciones, de cómo nos vestimos, de los logros, del puesto de trabajo, de las medallas, de los muebles de la casa, de los perfumes que usamos, etc. Solemos tener la creencia de que la felicidad -y por ende el bienestar emocional- se compra. No hay nada que ataña a nuestro interior que se pueda comprar ni venir de afuera.
La gente pobre es tan infeliz como la rica si cree que tiene historias para no ser feliz.
La felicidad es un estado interno que se construye con las pequeñas cosas de cada día. Aparece con los más mínimos detalles. Un color, un olor, un paisaje, un animal, un recuerdo, un sonido, una música,.. todo te puede llevar al éxtasis o hundirte en la miseria emocional. De ti depende lo que estimules además de ser responsabilidad propia el revisar los conflictos emocionales para vivir la vida que queremos vivir.
Los pensamientos y las creencias nos pueden auto limitar o nos pueden abrir el corazón a una existencia sana, feliz y libre. Hay que desaprender para poder conectar con el camino que nos da serenidad. Si creo que para ser feliz necesito algo, tengo que hacer algo, como:
– necesito un Ferrari
– tengo que ser el director de la empresa
– estaría feliz si……
Así no podremos asumir la responsabilidad de nuestra propia historia.
Compartimos aquí la videoconferencia presentada por Ángeles sobre el Bienestar Emocional:
En el instituto Ángeles Wolder te invitan a conectar con tu biología para alcanzar tu bienestar emocional a través de sus cursos y actividades. Echa un vistazo a este vídeo para hacerte una idea:
Fuente: Descodificaciónbiológica.es & Ángeles Wolder
