Encuentra tu curso ideal

9%

¿Qué quieres estudiar?

¿A qué se dedica una educadora infantil?

El desarrollo lúdico es una de las partes más importantes de la enseñanza del niño, tanto dentro como fuera de la escuela. El juego no es solo una manera de pasar el rato, ni de entretener a los niños, de hecho, mediante el juego ellos conocen y aprenden a relacionarse con el mundo. Es tarea de la familia y de los educadores infantiles fomentar el juego en los pequeños. Elegir los más beneficiosos puede ser todo un reto, especialmente en la actualidad, con el desarrollo de las nuevas tecnologías. A continuación veremos la cara más interesante del juego para el desarrollo infantil.

Aprendizaje infantil lúdico

El juego es una actividad inherente al ser humano, ha sido utilizada en todas las etapas evolutivas de nuestra especie. Como método didáctico ha sido utilizado desde las edades más tempranas hasta la adultez, pero lo cierto es que su máximo aprovechamiento se da en la infancia, donde los niños utilizan el juego para relacionarse y aprender, no obstante, estos no son sus únicas aportaciones.

Beneficios del juego en la primera etapa infantil

Estas son algunos de los aprovechamientos más importantes que se obtienen en la primera etapa de la vida, hasta los 3 años:

  • Desarrollan la motricidad fina y gruesa, la inteligencia corporal y el conocimiento y dominio de su propio cuerpo.
  • Aprenden a expresar emociones y a liberar tensiones.
  • Estimulan los cinco sentidos y la percepción sensorial.
  • Promueven la creatividad, la imaginación, la curiosidad y la iniciativa.
  • Los niños mejoran el aprendizaje del lenguaje y la atención visual y auditiva. Además, aprenden la capacidad de pensamiento simbólico y representación y la organización lógica.
  • Se relacionan, interactúan con otros niños y aprenden a comunicarse.

¿Quién diría que se aprende tanto? Pues, estas son razones muy contundentes para fomentar el juego. Por ello, la familia y los educadores infantiles son claves en su fomento.

¿Cuáles son los juegos que puede aprovechar una educadora infantil?

Aprovechar los centro de educación infantil en etapas tempranas del niño es muy valioso para estimular las relaciones entre sí. La educadora infantil deberá propiciar diferentes situaciones donde puedan darse estos encuentros, en los que el juego tanto individual como grupal sea el protagonista. Veamos los principales clases de juegos que pueden aplicarse en esta etapa:

  • Juegos funcionales

Prácticos hasta los dos años, donde los niños juegan experimentando con objetos o con su propio cuerpo. Este tipo de juegos no apela al simbolismo, pues la capacidad de abstracción aún no está desarrollada. Sin embargo, ya se está contribuyendo a su desarrollo psicomotor temprano.

  • Juegos simbólicos

A partir de los dos años, cuando los niños son capaces de decodificar elementos simbólicos. Se comienza a jugar a representar la realidad que van aprehendiendo a su alrededor. Muchos niños imitan a sus padres o distintas figuras de referencia o recrean situaciones que han vivido e inventan situaciones con su propia imaginación.

  • Juegos de construcción

Son realmente importante porque ayudan al niño desarrollar la motricidad fina. Además, permiten desarrollar la inteligencia espacial y la lógica del niño. Todo el entorno familiar como educativo debe animar al niño a participar en este tipo de juegos, puesto que mas tarde dejará de ser necesario, ya que el propio niño querrá construir todo lo que su imaginación le dicte.

  • Juegos motrices

Desarrolla la motricidad gruesa del niño hasta los tres años. Caminar, correr, saltar y mover las distintas partes del cuerpo. Es muy útil aplicarlo en el aula, porque, mientras el niño conoce las posibilidades de movimiento de su cuerpo y aprende a dominarlo, se divierte.

  • Juegos sensoriales

Con este tipo de juegos se trabajan los sentidos y se conoce mejor el entorno, la naturaleza y la vida cotidiana. Pueden ser trabajos manuales como pintar, moldear o aprender a cocinar (adaptado a su edad): conocer los alimentos, amasarlos, decorarlos, probarlos; o experimentación de los sentidos como aprender a dar y recibir masajes o a relajarse.

  • Juegos comunicativos

Aquí se estimula a los niños para que emitan sonidos y posteriormente a comiencen a hablar. Una vez que el habla aparece se incorporan juegos lingüísticos. Con estos juegos se divierten mucho y aprenden más que si no los practican.

  • Juegos de imitación

Sirven para potenciar las habilidades de los niños. Mientras ellos se divierten imitando situaciones, animales, expresiones faciales o a personas conocidas, trabajan el desarrollo de su personalidad, además del lenguaje y la inteligencia emocional.

¿Cómo deben realizarse estos juegos?

Muchas veces surgen estas preguntas: ¿deben practicar los juegos solos o en grupo? ¿Debemos guiarlos o no? Lo cierto es que cada posibilidad tiene sus ventajas e inconvenientes; veámoslo:

¿Solos o en grupo?

En un principio, los juegos serán individuales, ya que el pequeño necesita ir adquiriendo determinadas destrezas antes de relacionarse. Los juegos nacerán de su propio deseo de explorar. Con ellos se irá familiarizando con el mundo que lo rodea y, en cuanto sea posible, tanto la educadora infantil como la familia buscarán los juegos en grupo. Así aprenderá a socializar y cooperar con otros niños.

¿Juegos guiados o libres?

Ambas modalidades son igual de necesarias, por lo que no debemos quedarnos solo con una de ellas. Con los juegos dirigidos se trabaja la concentración del niño y su atención. Además, se trabaja la consecución de objetivos concretos. Con el juego libre, el niño desarrolla su propia autonomía, algo fundamental, pero también su imaginación y creatividad. Estas ventajas muestran que lo ideal es compaginar ambas.

Jugar es y será siempre sinónimo de diversión, felicidad, infancia y libertad. No obstante, debemos entender que los juegos son mucho más que eso. Su función de fondo es la de formalizar un primer tipo de aprendizaje y, por ello, debemos animarlos desde sus primeros años. Son importantes tanto en el centro infantil como en el hogar.

Fuente: Formainfancia

Deja un comentario