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Building the Change: emprendeduría, intraemprendimiento, innovación y desing thinking

Durante el año académico, EAE Business School ha contado con la participación y organización de diferentes eventos, conferencias de management, webconference, etc., donde se han tratado los conceptos que giran en torno a la Reunión Anual de Alumni. Expertos como Gabriel Pazos, fundador de Milingual, María Teresa Moreno, HR Innovation Consultant, o periodistas como Rafa Bernardo, de la Cadena Ser, o Noelia García, de El Economista, nos ofrecieron sus puntos de vista sobre la temática tratada. En la próxima Reunión contaremos con la opinión de invitados como Mitch Lowe, Cofundador de Netflix, Mariano Silveyra, Country Manager Spain de Cabidy, María Marte y Luisa Orlando, Jefa de Cocina y Directora General de Club Allard respectivamente, Carmen García García, Director of Cognitive Solutions at IBM, Almudena Moreno Hernández, Head of Millennials Makers de Telefónica Open Future, y Beatriz Navarro, Directora de Marketing y Comunicación de FNAC.

Emprendedor & intraemprendedor

Aunque el término emprendedor lleva en auge durante más tiempo, en los últimos años ha ido ganando la partida el “intraemprendedor”, quienes constituyen una fuerza vital para las organizaciones.

Los intraemprendimientos son proyectos emprendedores realizados desde las empresas, generando nuevos productos, procesos o formas de atender al cliente. La relación con la innovación es innegable, donde se rompe el status quo para impulsar el crecimiento. Google, Apple o Facebook son algunas de las organizaciones internacionales más reconocidas donde llevan a cabo proyectos de intraemprendimiento.

Sin embargo, el perfil de emprendedor y el de intraemprendedor comparten características en común. Ambos son personas que se adaptan fácilmente al cambio y la flexibilidad. Además, son extremadamente entusiastas, positivos, sin miedo al fracaso, creativos y con un compromiso al 100% por el proyecto que desempeñan. Así pues, podemos elaborar un perfil de emprendedor e intraemprendedor que cuente con las siguientes cualidades:

  • Creativo
  • Ambicioso
  • Resiliente
  • Persistente
  • Visionario
  • Inspirador
  • Curioso
  • Sin miedo al fracaso
  • Con una visión global

Sin embargo, también encontramos diferencias entre ambos perfiles. La más reconocible es el hecho de contar con un respaldo por parte de la empresa u organización. Mientras que los emprendedores llevan a cabo sus proyectos desde cero, en muchas ocasiones sin recursos y utilizando los propios para salir adelante, el intraemprendedor se encuentra en una zona donde la empresa para la que trabaja le facilita una estructura y unos recursos para el proyecto.

La importancia del intraemprendimiento para las empresas

“Según el último informe GEM España de 2016, la tasa de actividad intraemprendedora (la que recoge el porcentaje de la población que desarrolla procesos de emprendimiento dentro de sus compañías) es del 2.7%; no parece mucho (y es poco en comparación con la de otras economías asimilables), pero supone un aumento de 1.6 puntos respecto al año anterior”, apuntaba Rafa Bernardo, periodista de Cadena Ser, en su artículo “Emprender desde dentro”, publicado en EAE Business School.

La esencia del intraemprendimiento pasa por una decisión empresarial, englobada en términos de innovación, donde se anima y se permite a los empleados a iniciar, liderar y desarrollar nuevas ideas o mejoras. Por su parte, las empresas recogen de sus programas de intraemprendimiento un mayor crecimiento, una motivación extra para sus empleados y una rentabilidad superior. Estos programas también fomentan una captación y retención del talento de su equipo humano.

Especialmente relevante es esto último, puesto que el intraemprendimiento puede ser un estímulo para que los empleados talentosos decidan quedarse en la organización. En el caso contrario, estos pueden decidir marcharse, bien para irse a la competencia y a otras empresas donde tengan más flexibilidad al respecto, o bien montar su propia startup. Es lo que sucedió con Jan Koum y Brian Acton, creadores de WhatsApp, la mayor compra de la historia por parte de Facebook. Ambos se encontraban trabajando en Yahoo!, empresa que no les permitió desarrollar el proyecto dentro de su estructura.

Del otro lado, también podemos destacar proyectos de intraemprendimiento de tal éxito que los productos desarrollados se han convertido en principales para la compañía. Hablamos de Gmail, servicio que nació de la política 80/20 de Google. La multinacional permitía a sus empleados dedicar el 20% de su tiempo a otras actividades, y de esta iniciativa surgió Gmail, uno de los productos más exitosos de Google.

A la hora de desarrollar un programa de intraemprendimiento por parte de la empresa no existen fórmulas mágicas, sino que cada compañía tendrá que elaborar su propio programa, teniendo en cuenta sus valores, necesidades y características. Sin embargo, estos programas de intraemprendimiento están estrechamente relacionados con otro de los conceptos de la Reunión Anual Alumni: Design Thinking. Aplicar esta metodología en el programa de intraemprendimiento dotará un proceso que gire en torno a la innovación y a la reducción de las posibilidades de fracasar.

Design thinking: la metodología para cambiar el mundo

El término “design thinking” nace a partir de los años 70 en la Universidad de Stanford en California (Estados Unidos). Se trata de una metodología para generar ideas innovadoras que se centran en entender y dar solución a necesidades reales de los usuarios. En esta fórmula la solución debe ser tecnológicamente factible y la oportunidad real del mercado debe pasar también por una estrategia viable de negocio. Así pues, el design thinking desplaza el foco principal hacia el cliente o el usuario.

En el proceso de desarrollo se tienen en cuenta cinco características fundamentales:

  • Generación de empatía con los usuarios para los cuales se buscan soluciones.
  • Trabajo en equipo.
  • Generación de prototipos que validar.
  • Entorno agradable, creando una atmósfera incluso lúdica, donde con un proceso apasionante se dé rienda suelta al potencial del equipo.
  • Trabajar la mente creativa y analítica con técnicas visuales, buscando como resultado las soluciones innovadoras y factibles.

El proceso de Design Thinking, igualmente, se compone de cinco etapas no lineales.

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  • Empatizar. Como hemos visto, es una de las características anteriores también. Se requiere de una comprensión de las necesidades de los usuarios para encontrar la solución idónea. Hay que ponerse en la piel de las personas que sufren esta necesidad.
  • Definir. Se trata de una etapa de evaluación de la información recopilada de la anterior, donde se filtre y se conserve solo aquella que aporte valor y sea relevante.
  • Idear. Partiendo de los problemas definidos, se pasa a un proceso de generación de ideas donde se busca tener muchas alternativas como solución. Es esencial la participación de todos los miembros del equipo y el ambiente establecido de confianza para que todas las ideas sean bien recibidas.
  • Prototipar. Hacer las ideas palpables para visualizar las posibles soluciones. Estos prototipos pueden ser hechos con materiales y herramientas económicas, ya que la estrategia pasa por hacer mejoras posteriores sin requerir un presupuesto elevado.
  • Testear. Es el momento de realizar pruebas con los usuarios para conocer sus opiniones y comentarios. Con los resultados obtenidos, se pueden presentar mejoras, fallos a resolver, etc.

El design thinking ha entrado con fuerza, desde hace algunos años, al terreno del management con el propósito de encontrar soluciones utilizando técnicas y procesos donde se impliquen personas de distintas áreas, trabajando en equipo. La metodología mezcla tanto una mirada humana como la innovación. Para ello, se necesita tiempo y recursos, aunque es cierto que la innovación de una compañía puede llegar a marcar la diferencia de una compañía.

Fuente: Actualidad EAE Business School

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