El estrés laboral suele darse por muchos motivos y la mayoría de nosotros lo hemos sufrido en algún momento de nuestra vida. Superarlo es una tarea que no depende solo de uno, la empresa debe garantizar un ambiente idóneo para los trabajadores. Es cierto, también, que algunas presiones funcionan como forma de motivación, pero, si esta se intensifica, será necesario realizar ciertos cambios.
¿Qué es el estrés laboral?
Es un estado anímico de cansancio mental provocado por el contexto de trabajo que suele repercutir en las funciones pudiendo, incluso, anularlo o producir un deterioro importante en su salud física y mental. Si localizamos las causas del estrés, el empleado puede hallar métodos para regularlo. También es importante que la empresa intervenga facilitando un medio agradable a sus trabajadores, analizando las capacidades de su personal.
Causas frecuentes de estrés laboral
Dentro de nuestro ámbito laboral, el estrés puede gestarse por diversos motivos: si trabajar en un ambiente ruidoso o reducido, eventualmente puedes desarrollar estrés. No obstante, cada persona es más o menos receptiva a distintas situaciones, por lo que determinadas situaciones pueden afectarle o suponer un problema que repercuta en su concentración, mientras que para otros no.
Por otro lado, muchos problemas de estrés suelen desencadenarse por una excesiva carga de trabajo, tiempos apretados, ambiente con compañeros poco agradables. Asimismo, la sensación de no importarle a la empresa o no ser lo suficientemente valorado por la misma suele repercutir negativamente.
El miedo suele ser otro problema frecuente, ya que si el trabajador siente su futuro inseguro, lo normal es que no rinda igual debido a la preocupación constante.
Controlar el estrés laboral mediante ejercicios
Tras haber localizado las causas posibles de estrés, podemos comenzar a trabajarlo mediante ejercicios y distintos hábitos que lo disminuyan. En primer lugar debemos tomar conciencia de que solucionar todo será imposible, por lo que debemos enfocarnos en mejorar lo que podamos y mostrar esas mejoras a nuestros superiores.
Es normal que en los trabajos de oficina se genere mayor estrés, puesto que allí no se realiza gran actividad física. Es muy positivo que que establezcas un horario para la práctica de algún deporte que te ayuda a liberar endorfinas, que favorecen tu relajación y te proporcionan mayor bienestar.
Lo que comes también es importante: una dieta balanceada también forma parte de mantener un equilibro emocional. Para ello evita el consumo excesivo de alcohol, café y tabaco, ya que son alteradores del sistema nervioso. Procura variar los alimentos ricos en vitaminas, proteínas y minerales para estar con fuerza para afrontar la jornada laboral.
Los ejercicios de relajación son imprescindibles para reducir el estrés: controlar la respiración o llevarte música clásica a tu lugar de trabajo son buenas opciones para ayudarte a concentrar.
Ante las dificultades con respecto a las relaciones personales, intenta no agobiarte y actuar con una sonrisa. Apostando por la amabilidad y la gentileza conseguirás limar posibles asperezas entre compañeros y jefes. Si lo necesitaras, puede serte de mucha ayuda un psicólogo. Con la ayuda de un profesional podrás enfocar aquellos puntos que son más complicados de afrontar, recibiendo consejos sobre la mejor forma para mantener tu paz interior. Lo importante será marcar bien tus prioridades ante todo, en lo que se refiere a tu persona y entorno familiar.
¿Qué consecuencias puede traer acumular estrés dentro del trabajo?
Reunir demasiado estrés traerá consecuencias nocivas para la salud, por lo que deberás intentar localizarlo con tiempo e intentar encontrar una solución adecuada para cada caso. La principal consecuencia es a largo plazo: la acumulación de estrés repercute en la productividad del trabajador, que sufre la afectación de su nivel dentro y fuera del trabajo, repercutiendo directamente en su forma de vida.
A nivel físico notarás dolores musculares, con frecuencia en la espalda. Además, el cansancio se intensificará y, muchas veces, lo veremos relacionado con una fatiga psicológica frente a situaciones negativas.
El sistema inmunitario e, incluso, el propio corazón tienden a sufrir graves repercusiones, por el aumento de la presión arterial y las bajas defensas que se generan. Muchos trabajadores que no se sienten a gusto en su entorno laboral tienden a enfermarse habitualmente.
La depresión es un síntoma que se debe controlar a tiempo, cada persona la exterioriza en diferentes niveles y puede llegar, en ocasiones, a poner en riesgo la vida de la persona quien la sufre.
¿Qué actitud debe tomar la empresa ante una situación de estrés laboral?
Las empresas tienen que conocer las habilidades de sus trabajadores, para establecerlos en la posición indicada dentro de la misma. Es importante, además, generar el ambiente apropiado, incluso debe considerar la decoración ya que ayudará a darle al lugar un toque hogareño, apto para lograr un sentimiento confortable.
Ofrecerle a los trabajadores la oportunidad de participar en las decisiones internas y haciéndolo sentir integrado en la empresa es una gran ayuda. Asimismo, será importante que se le deje usar sus habilidades para la resolución de dificultades y ayudarle a interactuar con otros miembros es muy necesario, consiguiéndose esto mediante cenas y celebraciones con los compañeros y superiores.
¿Qué beneficios encontramos al combatir el estrés laboral?
Los beneficios de gestionar el estrés entre los empleados son muy positivos:
- Lograrás que respondan mejor en su puesto.
- Conseguirás un ambiente saludable al favorecer las buenas relaciones.
- Aumentarás la autoestima, logrando que el trabajador crezca más profesionalmente, dándole así mejores ideas a la empresa para su crecimiento.
- Desarrollarás un entorno competitivo, a la vez que fomentas el trabajo en equipo.
¿Es posible liderar equipos de trabajo a través de la gestión de emociones?
La actitud es lo más importante. Esta pauta te servirá para fortalecer los sentimientos de pertenencia del grupo con el que trabajes. Saber motivas y ser capaz de hacer ver al otro que ellos también son productivos y útiles es una de las principales cualidades de un buen líder. Además, saber respetar al equipo y mostrarte comprensivo son valores imprescindibles.
Al mismo tiempo, coordinar, comunicar y mostrar un compromiso con el grupo son estrategias útiles para encabezar el trabajo en equipo desde el liderazgo. Cada miembro debe tener organizada una responsabilidad para que se sienta integrado. Ante todo, hay que mostrarse positivo y proactivo.
El estrés laboral puede ser un problema si no se toma conciencia de ello. La empresa necesita poner de su parte para que sus trabajadores rindan adecuadamente y se sientan integrados.
Fuente: Instituto Europeo de Educación
