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¿Cómo tener un kit de cerveza casera?

cerveza sin alcohol

Pan de masa madre, las antiguas recetas familiares, novedosos postres… Durante esta época de aislamiento preventivo, muchas personas han encontrado en la cocina un espacio tanto de distracción como de aprendizaje. Eso ha propiciado que no pocas personas hayan pensado en recrear platos de sus restaurantes preferidos para revivir la experiencia de estar en esos lugares. Sin embargo, ¿qué ocurre con la cerveza? También es posible hacerla en casa y tener un kit para algún momento del día.

Aunque la cerveza acompañe distintas rutinas, en especial aquellas recreativas, detrás de ella hay mucho proceso de formación y estudio. A tal punto que en la actualidad se ofrece el Máster en Cerveza con Kit incluido. Este curso en fabricación de cerveza artesanal está enfocado en explorar cómo es el proceso de elaboración, los ingredientes necesarios, cuál es el método adecuado de conservación y embotellado, entre otros aspectos. Por eso, si además de elaborar un kit casero hay interés en profundizar en todo este campo, se recomienda ser parte de esta titulación.

¿Cuál es el contenido del kit de cerveza casero?

En cuanto se plantea qué debe tener un kit casero hay que tener claro algo: es importante mantenerlo simple y práctico. Normalmente se incluyen diversas herramientas para poder fabricar la cerveza artesanal. Algunas de ellas son las siguientes:

  • Un fermentador graduado. Se recomienda que la capacidad real sea de 27 mililitros y que incluya un grifo en el lateral, la barrera contra sedimentos, así como un termómetro adhesivo para medir la temperatura del mosto. (A esto hay que sumar una válvula airlock)
  • Un tubo que incluya una válvula para llenar las botellas.
  • 100 gramos de desinfectante en un frasco.
  • Un hidrómetro para medir la graduación alcohólica de la cerveza.
  • Una probeta
  • Un termómetro digital, para mayor comodidad y reducir riesgos.
  • Una chapadora con un diámetro entre los 26 y los 29 milímetros.
  • Cien chapas de 26 milímetros o una cantidad que se ajuste a los intereses de la persona.
  • Cucharas medidoras. Un pack.
  • Un cepillo. Será útil al momento de lavar las botellas.
  • Espátula para airear y mezclar los ingredientes de manera más sencilla.
  • Vaselina alimentaria. Será útil para sellar el grifo. Un sobre.
  • Una libreta en la que se tenga el paso a paso de la preparación.

Esto no ocupa demasiado espacio, en caso de que preocupe cómo almacenarlo. Lo ideal es que el lugar de almacenamiento sea fresco y seco para evitar humedad y otros factores que influyan en el estado de las herramientas y los productos que se utilizarán para preparar la cerveza. Una vez que se encuentra ese sitio será mucho más sencillo avanzar en los siguientes pasos.

Cerveza artesanal en casa: ¿cómo prepararla?

No es un proceso complicado; sí requiere tiempo y un poco de paciencia para completar las siguientes etapas de la mejor manera posible.

Ingredientes

En esencia, son cuatro: levadura, agua, lúpulo y malta. El último ingrediente es derivado de un cereal, así que este es a elección. Lo ideal es ser consciente de que debe ser malteado para darle un toque particular a la bebida.

En el caso del lúpulo es conveniente tener en cuenta su grado de acidez y cuánto de esto se quiere en la bebida. Al tener claro esto, se dividen entre el aroma, la mixtura y el amargor de cada ingrediente.

En cuanto a la levadura es necesario ser consciente que, dependiendo del tipo, mayor será el tiempo de fermentación. Por ejemplo, la cerveza Ale suele ser de muy alta fermentación mientras que la Lager es de baja. Si se busca un equilibrio entre ambas, se sugiere usar la fermentación espontánea.

Macera la malta

Para macerar la malta hay que echarla en una olla con agua caliente. La proporción usada debe basarse en una relación de tres litros de agua por litro de malta. Durante el macerado es clave remover de forma constante para evitar que se produzcan grumos. Esto se debe hacer hasta que la mezcla vaya tomando cuerpo y se convierte en mosto, siendo más densa y melosa.

Hervir

Esa mezcla que se genera del macerado hay ponerla a hervir durante una hora. Mientras esto ocurre hay que añadir el lúpulo en partes iguales, de manera progresiva y en tres oportunidades. Durante este proceso es importante seguir mezclando, removiendo, para que los ingredientes se integren de manera adecuada.

Dejar enfriar

Al mosto con lúpulo hay que ponerlo dentro de kit de hielo para que se enfríe de manera abrupta. Es clave esto porque mientras más rápido baje la temperatura la fermentación estará mejor lograda.

Fermentación

Para concluir la fermentación es necesario agregar la levadura luego de que el mosto esté completamente frío. ¿Qué ocurre? El azúcar de la mezcla comenzará a convertirse en alcohol natural. Tras agregar el ingrediente final hay que guardarla en el kit de cerveza, que debe estar adecuado para que el aire salga pero no entre. Se debe dejar en ese estado durante diez días.

Reposo

Tras los diez días, se abre el kit y se filtra el mosto usando una olla. En esta instancia es importante lavar muy bien el primer recipiente utilizado, secarlo y luego volver a usarlo para el mosto.

Seguidamente, y aparte, se prepara el almíbar. La medida que se tiene que usar es de 7 gramos de azúcar por litro de agua. Se pone a hervir y, cuando haya alcanzando un punto de consistencia, se le agrega el mosto. Esta nueva mezcla debe ser removida por un tiempo, teniendo en cuenta que no debe ser demasiado y que se debe evitar que esté expuesta al aire porque se oxida.

¿Qué se logra con esto? Que la bebida se carbonate de forma natural. Luego de revisar que la mezcla haya alcanzando el punto ideal, se comienza a embotellar usando el grifo del kit de cerveza casero. La botella debe ser cerrada con la chapa y dejarse así durante al menos diez días antes de consumir.

¿Cuáles son las condiciones de maduración, conservación y embotellado?

La maduración de la cerveza se produce luego de que está embotellada. Por eso es importante dejar los diez días de separación entre el enchapado y el consumo. Lo ideal es hacer este proceso en un espacio que no supere los 19 grados. Por eso es importante tener a mano un termómetro digital para conocer cuál es la temperatura del lugar destinado.

Fresco y seco también debe ser el lugar en el que se guardan las botellas y en el que se realiza el embotellada para prevenir que se produzca oxidación. Si se quiere que la cerveza sea más clara, bastará enfriar los recipientes con anterioridad para que la reacción química haga el resto del trabajo.

Es importante que, durante el proceso de maduración, no se guarden las botellas en ningún espacio refrigerado porque altera su estado. Luego de los diez días sí pueden guardarse en frío.

Cervezas de distintos sabores: ¿cómo hacerlas?

Todo el sabor está en la malta. Dependiendo del tipo que se use así será la cerveza. Hay con sabor a chocolate, a café, a nuez, unas más ahumadas que otras y así. Es una cuestión de gustos. Por tanto, hay libertad en este sentido. En el caso de lúpulo también hay distintos sabores con los cuales se puede experimentar hasta dar con una bebida única.

Además de esto se puede agregar alguna hierba, especia o fruta. Así se elaboran cervezas como las IPAs con frutas, las reconocidas especiadas que se preparan en México y otras con sabores más frutales.

De esta manera, con trabajo constante, teniendo en cuenta los diversos consejos y siendo consciente de la utilidad de un kit de cerveza casero, será mucho más sencillo preparar bebidas a gusto y, quien sabe, encontrar un nuevo campo de trabajo. Se trata de experimentar con criterio para poder disfrutar de una deliciosa bebida.

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