Cuando vamos a optar por un puesto de trabajo, es importante tener claro los tipos de contrato laboral que pueden ofrecerte para tomar una decisión informada y conveniente en pro de tus intereses. Por eso, consideramos oportuno explicar en el siguiente artículo lo que puedes esperar de un empleador y lo que puede ofrecerte en materia de garantías laborales.
Características generales de un contrato laboral
La figura de contrato laboral es el soporte escrito y legal de un acuerdo previo alcanzado entre un empleado y un empleador. En él quedan estipuladas las condiciones del puesto de trabajo, las horas que se debe dedicar, las condiciones bajo las cuales el empleado deberá hacer su trabajo, la remuneración económica a recibir y la frecuencia de los pagos.
El contrato también deberá incluir un acuerdo de consentimiento en el que ambas partes aceptan las condiciones planteadas y otros aspectos clave como la duración de periodos de prueba (de haberlos) o plazos de notificación de renuncia.
Tipos de contrato laboral que existen
No todos los puestos de trabajo son necesarios por tiempo indefinido, ni todos los aspirantes a ocuparlos tienen la documentación o la experiencia necesaria para asumirlos. En función de esta amplia variedad de factores, existen diferentes tipos de contratos laborales, entre los que podemos encontrar:
Contrato a tiempo indefinido
Es uno de los tipos de contrato más conocidos, pues es el que no estipula una fecha de finalización de la prestación del servicio. El contrato indefinido da un nivel de estabilidad muy conveniente para el trabajador, pues en caso de que la empresa decida prescindir de sus servicios tendrá que pagar una indemnización.
Es fundamental exigir un contrato escrito, impreso y firmado por ambas partes en el que queden registrados las condiciones que se van a asumir. Parece una obviedad, pero hay que tenerla en cuenta pues es el documento físico el que permitirá reclamar esos derechos y garantías si es necesario. Para el empresario, el contrato a tiempo indefinido supone también numerosas ventajas fiscales.
Contrato de duración temporal
Su nombre lo deja bastante claro: es el tipo de contrato en el que quedan estipulados los tiempos de contratación finitos de un empleado. Este tipo de contrato puede incluir un periodo de prueba (remunerado o no) y las condiciones que la empresa proponga. Al igual que cualquier otro contrato, debe quedar registrado por escrito.
Contrato por obra o servicio
El contrato por obra o servicio es muy común para desempeñar labores puntuales por un periodo de tiempo determinado. Tienen la particularidad de estipular la fecha de finalización de la relación laboral (en los casos en los que se tiene seguridad de la misma) o dejarla abierta y en función de la duración del proyecto o la prestación del servicio. 
Contrato de trabajo eventual
Es uno de los contratos más comunes en la actualidad. Contemplan un periodo de actividad remunerada de seis meses y en principio existe para que las empresas puedan contratar personal extra en caso de necesitarlo, pero la realidad es que su uso se ha extendido para cubrir vacantes laborales de cualquier tipo.
Contrato de trabajo interino
Se trata de contratos para cubrir vacantes por bajas temporales, sustituciones por vacaciones o para realizar funciones durante procesos de selección.
Contrato de prácticas
Por último, tenemos la figura del contrato de prácticas, que existe para contratar profesionales poco experimentados, ofrecerle formación práctica y experiencia dentro del sector de su interés. Suelen tener duraciones cortas y ser más flexibles con el tipo de documentación requerida (por ejemplo, permite trabajar con una visa de estudiante).
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