Bajo el lema “Nosotros podemos, tú puedes” se celebra el próximo domingo el Día Mundial contra el Cáncer, una cita que este año está marcada por la importancia que tiene para el enfermo obtener una información concreta, veraz y completa sobre su diagnóstico y situación clínica.
La información es un derecho del paciente, ya que él es el protagonista de todo su mundo vital y sin ella no puede tomar las decisiones terapéuticas adecuadas ni asumir esa situación vital tan decisiva que está viviendo.
“Hoy en día sigue siendo un fenómeno habitual que la familia acuerde implícita o explícitamente alterar la información al paciente, creando una barrera para la comunicación que puede generar sentimientos de soledad, incomunicación, aislamiento y algo tan importante como la sensación de falta de comprensión” explica Marta Cortijo, doctora en Psicología y profesora del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).
Además, otra de las consecuencias importantes de esta denominada “conspiración del silencio” es que al paciente no se le da la oportunidad de enfrentarse de manera directa a una situación que amenaza su vida, y para la que necesitará todo el apoyo posible. Es por ello que “debemosdarle la oportunidad de cerrar asuntos importantes que él querría resolver, y ofrecerle la oportunidad de despedirse de sus seres queridos si supiera que su tiempo es limitado” afirma la profesora Cortijo.
En este sentido, y según la experta de la VIU,“está demostrado que, aunque a corto plazo la información de una mala noticia puede aumentar la ansiedad, los beneficios a medio plazo justifican dar esa información”.
Diversos estudios sobre la comunicación del diagnóstico de cáncer en España afirman que un 40% de los enfermos con cáncer conocen la naturaleza maligna de su enfermedad, aun cuando sólo un 25% han sido informados de ello, unos datos que reafirman la estructura del silencio creada en torno a la enfermedad.
En ocasiones la familia rechaza que se comunique la gravedad de la situación clínica al paciente y otras veces es la familia la que evita la comunicación abierta sobre la verdadera situación, aunque el paciente esté informado. En ambos casos, el coste emocional del engaño para el familiar es muy alto. Es por ello,que se recomienda que sean los psicólogos los que ayuden al paciente durante el proceso de adaptación a la enfermedad manejando la información adecuada a sus necesidades en los distintos momentos por los que atraviesa. Según concluye la doctora “se debe trasladar al paciente y a la familia, que se trata de un proceso y no un final; es el inicio de otra etapa más en la vida”.
