¿Te estás planteando seguir con tus estudios, pero aún no tienes claro dónde te gustaría cursarlos? Quizás ni siquiera te has decidido por una modalidad todavía. ¿Prefieres la educación online o la presencial? Si no tienes muy claro cuáles son las diferencias y las ventajas y desventajas de cada tipo, aquí te lo explicamos.
Hay factores que no están tan determinados por la modalidad educativa como por el centro que imparte la formación. No todos los profesores son igual de implicados, independientemente de si trabajan online o presencialmente, por ejemplo. La importancia que se le da al aprendizaje práctico y la distribución del volumen de trabajo también varía según la escuela. Tanto si decides estudiar online como de forma presencial, asegúrate de conocer la metodología de tu escuela en detalle, para tener claro que realmente se adapta a tus necesidades.
Estudiar de manera presencial
Empezamos con el método tradicional: la formación presencial. Se caracteriza por su estructura, con un horario fijo y asistencia a las clases en un espacio determinado y a una hora concreta. Si necesitas una rutina para estudiar eficientemente, esto puede ser una ventaja; si cuentas con tiempo limitado para tus estudios, supone una dificultad.
Esta modalidad te permite comunicarte tanto con tus compañeros como con tus profesores cara a cara, lo que puede ser de gran ayuda si cuentas con un equipo docente involucrado y tú necesitas más apoyo para realizar tus objetivos. Si eres de los que disfruta del ambiente del aula, debatiendo temas que puedan surgir en el momento, esto probablemente te hará inclinarte por esta modalidad. La opción de comunicarte online sigue estando ahí y le puedes sacar partido a más a más.
Las mayores desventajas de la educación presencial son los límites temporales y geográficos que te impone. En este sentido, la educación online es muy superior. Lo único que necesitas es una buena conexión a internet, y puedes estudiar en cualquier momento y en cualquier lugar, según te convenga. Si trabajas o tienes otras obligaciones que requieren gran parte de tu tiempo, es mucho más fácil formarte con esta modalidad.
Estudiar online
La formación online también conlleva un coste más bajo, ya que no sólo ahorras en material como libros, sino que además no necesitas desplazarte a ningún lado para asistir a clase. Esto también quiere decir incluso que puedes vivir en Brasil y estudiar en una escuela japonesa si lo prefieres. De este modo, puedes disfrutar del privilegio de aprender de expertos en tu sector aunque no vivan en tu zona.
La autonomía que te proporciona este tipo de formación no tiene rival, pero acarrea una pequeña condición. Spider Man lo tiene claro: un gran poder conlleva una gran responsabilidad. El precio de tu libertad es tu motivación y tu fuerza de voluntad. Al no estar atado a horarios fijos, tú tienes que tomar las riendas de tus estudios y asegurarte que llevas a cabo todo el trabajo que tienes que realizar, y lo haces a tiempo. Esto no tiene por qué ser una desventaja. Puede ser una experiencia educativa más. Te puede ayudar a adquirir disciplina. Pero supondrá un esfuerzo por tu parte.
Como recompensa, podrás aprender a tu ritmo, de la manera que tú creas conveniente y que encuentres más efectiva. Además, si estás estudiando algo que realmente te ilusiona, no te costará mucho hacer la faena, ¿verdad?
La experiencia educativa en un programa online no tiene por qué privarte de nada. Igual que en un programa presencial, si tienes profesores y compañeros implicados, podrás disfrutar de una comunicación fluida y enriquecedora con ellos. Los debates se pueden hacer en foros virtuales, y cualquier duda que tengas probablemente se puede resolver por correo. Considera también qué tipo de estudios vas a cursar. Tiene mucho sentido estudiar algo relacionado con la tecnología o el mundo digital online, puesto que estudiarás en el ambiente pertinente. Quizás en otros ámbitos te puedas beneficiar más de la formación presencial, interactuando en persona con docentes y compañeros. Eso sí, asegúrate de escoger la escuela adecuada, con una metodología que se ajuste a ti y te permita cumplir tus objetivos.
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