El estrés es una condición que puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, género o condición social y puede causar problemas a la salud realmente graves si no se sabe identificar. Existen diferentes tipos de estrés clasificados en función de sus causas, mantenimiento y duración. Identificarlos y ser consciente de su existencia será el primer paso para combatirlo y acabar con él.
Este problema está considerado como la fatiga mental causada por presiones y exigencias mayores a las que el cuerpo está acostumbrado o puede soportar. Incluso, puede provocar patologías físicas como psíquicas en casos extremos no tratados, como problemas cardíacos, ansiedad, depresión, entre otros.
El estrés antes y ahora
Aunque parece un término relativamente nuevo y un problema de la modernidad, lo cierto es que desde la Edad Media ya se utilizaba para describir varias experiencias negativas. Durante el siglo XVIII se consolidó como un concepto para describir ciertas características no solo experienciales, sino reacciones físicas del cuerpo. Y en 1920 se introdujo el término dentro de las ciencias para la salud como se conoce hoy en día.
Tipos de estrés
Como se mencionó al inicio de este artículo, existen diferentes tipos de estrés con base en diferentes criterios. Existe el estrés basado en sus signos y en su duración.
Para propósitos de este artículo sólo se abordarán los tipos de estrés más relevantes en cada caso. A continuación, una breve explicación de cada uno de ellos:
En relación con sus signos
– Estrés positivo: aunque mayormente se cree que esta condición es negativa, no siempre hace daño a quien lo sufre. Este tipo de estrés hace que la persona encuentre el lado positivo de la situación. Es decir, si una persona se encuentra estresada positivamente, se encontrará más motivada y con mucha más energía. Ejemplo, un jugador de la NBA al momento de anotar el punto de la victoria.
– Estrés negativo: este tipo de estrés se padece comúnmente cuando se anticipa una situación mala o negativa creyendo que algo puede llegar a suceder o puede salir mal. Estas premoniciones pueden causar ansiedad, desequilibrio, tristeza entre otras emociones negativas.
En relación con su duración
– Estrés agudo: es de los tipos más comunes que padece la población en general. Es causado por las exigencias del día a día, la presión de los demás y el entorno. En pequeñas dosis puede ser motivador y positivo, pero cuando se incrementan las presiones puede generar agotamiento y causar consecuencias a la salud mental en incluso afecciones a la salud física como dolores musculares, problemas gástricos (dolores estomacales, estreñimiento, acidez, diarrea, dolor abdominal), taquicardia, palpitaciones, náuseas, sudoración excesiva y migrañas.
– Estrés agudo episódico: es de los tipos de estrés más tratados en consultas psicológicas y es causado por las presiones y exigencias más extremas e irreales de la actualidad. Pueden ser presiones propias como de la sociedad.
Por lo general, son personas que se encuentran irritadas, angustiadas, y que desean siempre tener el control de todas las cosas que los rodean.
– Estrés crónico: este tipo de estrés aparece en situaciones extremas como guerras, pobreza, personas que permanecen en prisión o en todas situación en la que el cuerpo y la mente debe estar alerta constantemente. También puede ser causado por traumas vividos durante la niñez.
Este es el tipo de estrés más grave y con las consecuencias para el cuerpo y la mente más significativas para quienes lo padecen.
Los estragos de este tipo de estrés pueden llegar a ser desde desgaste mental y físico hasta dejar secuelas para toda la vida.
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