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El machismo sutil

Las mujeres no son objetos, no se compran, no se moldean, no se regalan, no se rompen ni se degradan… pero sobre todo, NO “SE”, SINO “ME”. Este “me” tiene que ver con que ellas eligen lo que desean, desde dentro (me), no impuesto desde fuera (se): no ME menosprecies, no ME pagues menos por ser mujer, no ME regales verbalmente a otros hombres, no ME insultes cuando tú haces lo mismo que yo, no ME digas cómo tengo que ser una señorita, etc.

El entorno no siempre permite que exista un “ME”, y fomenta excesivamente el “SE” (p.ej. ¡qué no se queje que la ayudo en el hogar, mis compañeros no han lavado un plato en su vida!). Hoy vamos a hablar de los signos más sutiles de machismo que deben alertarte cuando estás conociendo sentimentalmente a un chico:

  • Decide por ti, hasta en los detalles más nimios: p.ej. en vuestra primera cena ordena una bebida para los dos sin consenso previo.

  • Cuando en las primeras citas habla de su ex pareja, se refiere a ella en términos poco agradables, empleando descalificativos o revelando intimidades que están fuera de lugar para el grado de confianza que tenéis.

  • Elogia o remarca en exceso cualidades de otras mujeres que conoce relativas a funciones culturalmente asociadas al rol de la mujer: ¡sabe cocinar genial!; me encanta su casa, ¡además siempre está impoluta!; ¡es una madraza, está todo el día pendiente de sus hijos, hasta dejó el trabajo y todo para poder atenderlos lo mejor posible!…

  • Cuando te presenta a tus amigos, en lugar de estar pendiente de que te sientas cómoda, te trata de forma diferente, queriendo destacar y haciéndote sentir excluida e incómoda.

  • Cuando salís y te encuentras con alguien conocido, emite conductas destinadas a “marcar lo que considera su territorio”: se muestra excesivamente cariñoso cuando el momento no lo requiere; te toca o besa apasionadamente en lugares indebidos; especifica que es tu pareja en una conversación estando totalmente fuera de contexto…

  • Te aconseja insistentemente qué ponerte y/o cómo acicalarte: me gusta el vestido, ¿aunque es un poco corto, no? “jeje”; estás muy guapa, aunque con un color de labios más discreto estarías estupenda; me gusta tu camiseta, pero ¿el escote no es demasiado incómodo?, etc.

  • Hace chistes acerca de la homosexualidad: “él no tiene nada en contra de ella, pero no le caen bien los que son amanerados”.

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  • Cuando almorzáis o cenáis, ni siquiera hace el amago de recoger: tiene tan interiorizado que es una tarea femenina que, a no ser que le llames la atención directamente, no se moviliza en las tareas del hogar.

  • Realiza un interrogatorio prolijo sobre tus amistades masculinas y/osobre relaciones románticas o sexuales del pasado.

  • Cuando hablas sobre un tema que él considera perteneciente al ámbito masculino (p.ej. los deportes), te interrumpe constantemente, banaliza tu opinión y es condescendiente.

Estas señales, pese a no ser determinantes de conductas violentas, sí son actitudes machistas que tener en cuenta a la hora de decidir si se continúa entablando relación con un posible compañero sentimental. Si bien al principio se muestra la mejor cara de uno mismo, la careta siempre acaba cayéndose…

“El machismo es la usurpación del derecho ajeno; así de simple” Gabriel García Márquez.

 

Fuente: Centro de Formacion en Psicologia Codex

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