Si bien es cierto que el mundo ha cambiado radicalmente su forma de pensar e interactuar a raíz de la pandemia, ahora las personas sienten miedo de acudir a cualquier espacio cerrado que pueda incentivar el contagio. Esto supone un nuevo reto para los museos, ya que deben pensar cómo reinventarse para seguir siendo relevantes y sostenibles durante esta crisis y aportar la seguridad que necesitan los turistas.
Para encontrar una solución a esta problemática, Ostelea, Tourism Management School trabaja activamente, participando en foros con otras instituciones educativas para encontrar una solución a partir del fortalecimiento académico.
Esta exploratoria multidisciplinaria con otras escuelas, no solo hará que los estudiantes se formen en temas de actualidad, sino que se enfrenten a problemáticas reales en sus programas de grado y máster.
Y es que las consecuencias del confinamiento no se han hecho esperar para el sector turístico (uno de los más afectados en la crisis), el cierre de las fronteras que probablemente se extienda hasta el verano entre los países europeos y el resto del mundo, ha cambiado la mentalidad con respecto a visitar museos en esta época.
Las razones de esta nueva circunstancia se listan a continuación:
Problemas de dinero: La pandemia no solo ha atentado contra la salud de las personas sino también contra su empleo. Por lo que las posibilidades de viajar a causa de problemas financieros será una temática en común para muchos hogares españoles.
Miedo: Es una reacción normal en la población sentir miedo e incertidumbre de lo que pueda pasar de ahora en adelante. Además, evitar los contagios es una constante que se mantiene mientras no se encuentre la cura. Por lo que la visita de espacios cerrados no está en la lista de prioridades de muchos. Las personas preferirán espacios abiertos y ventilados.
Sanidad: Aunque las medidas de desinfección y sanitización son necesarias en cualquier espacio. Para los museos representa una disyuntiva muy importante. Muchas de las obras que se conservan en estos espacios pueden verse afectadas por el contacto con los productos de limpieza o químicos que eliminan el virus y, por otro lado, saltarse estos protocolos de seguridad para conservar las obras, no garantiza la salud de los visitantes.
En resumen, los museos deben encontrar una manera sostenible para seguir ofreciendo sus servicios y hallar actividades más cercanas a las nuevas necesidades de las personas, si quieren permanecer relevantes en el desarrollo cultural, político y social.
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