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Un estudio de la VIU destaca que las TIC potencian una educación inclusiva y una mayor integración social de las personas con discapacidad

Profesores colaboradores del Máster Universitario en  Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), han elaborado un informe sobre “Educación Inclusiva: actitudes hacia la discapacidad en la comunidad educativa”, en el que destacan que “el uso de las TIC como herramienta educativa puede mejorar la actitud de las personas hacia la discapacidad, a la vez que contribuye a una educación inclusiva y de calidad desarrollando el potencial de cada individuo”.

En el estudio de la VIU, el papel de los docentes se presenta como “esencial” a la hora de desarrollar buenas prácticas de trabajo en materia de TIC y discapacidad, por lo que “es muy importante que en los estudios de preparación de futuros docentes y en los cursos de actualización de los docentes en activo, se informe acerca de la existencia de este tipo de tecnologías de inclusión con el fin de facilitar la comunicación e interacción de estas personas, ya que si los docentes poseen conocimientos acerca de la tecnología podrán introducirlos en sus tareas educativas diarias”.

“Para que la utilización de las herramientas digitales con los alumnos con discapacidad sea una realidad, es necesario que las autoridades exijan la realización de adaptaciones curriculares para que el profesorado deba implantar las medidas de inclusión como garantía de igualdad de oportunidades inclusivas para todo el alumnado” –ha indicado Carolina Gonzálvez coautora del estudio-.

El estudio de la VIU resalta también la potencialidad de los juegos y videojuegos en el desarrollo de actitudes y de sensibilización hacia la discapacidad, “ya que potencian una mayor concienciación social en los alumnos y eliminan las actitudes negativas generadas por el desconocimiento de la discapacidad, puesto que son herramientas digitales de gran potencial educativo para promocionar la inclusión de los alumnos con discapacidad dentro de las aulas”.

HACIA UNA EDUCACIÓN INCLUSIVA

Los profesores colaboradores de la VIU indican que las actitudes negativas hacia la discapacidad todavía persisten en el contexto escolar, “son una de las principales barreras a las que deben hacer frente no solo las personas con discapacidad, sino todos los miembros de la comunidad educativa, si queremos llevar a cabo un proyecto de tanta envergadura como es la educación inclusiva”.

Así, el informe destaca las creencias y prejuicios como “uno de los mayores impedimentos para la educación, el empleo, la salud y la participación social, y advierte que las actitudes de docentes, el grupo de iguales e incluso las familias ejercen una importante influencia en la inclusión de las personas con discapacidad en las escuelas ordinarias”.

Respecto a las actitudes de los docentes señala que “si el maestro adopta actitudes positivas, observando las capacidades y limitaciones del alumno de un modo realista pero optimista, persistirá en sus intentos por instruirle y estará más motivado para buscar nuevos métodos de enseñanza”.

Según el principio de la educación inclusiva, los niños con discapacidad deben escolarizarse en centros ordinarios compartiendo jornada escolar con sus iguales sin discapacidad, siendo obligación del sistema educativo poner en marcha todos los recursos personales y materiales a su alcance para garantizar el máximo desarrollo de sus capacidades.

La visión que se tiene en general es que la inclusión puede ser positiva, aunque muchos profesionales opinan que va en detrimento de la atención que se ofrece en el aula al resto de niños sin discapacidad, y la mayoría de los profesores afirma no sentirse preparado para atender al alumnado con necesidades educativas especiales.

En cuanto a la aceptación del grupo de iguales indica que “es fundamental para todos, con o sin discapacidad,  cuanto más positiva sea esta actitud, mayor grado de socialización podrán adquirir los alumnos con necesidades educativas especiales repercutiendo en una mayor autoestima y satisfacción”.

Respecto a las familias, resalta que “éstas poseen un papel fundamental en el desarrollo de los sujetos a todos los niveles y más aún en el caso de personas con discapacidad, los principios de normalización e inclusión deben comenzar a aplicarse en la familia”.VIU-GRANDE

“No obstante, -continúan- investigaciones recientes arrojan datos esperanzadores al respecto: el número de estudiantes con discapacidad que acuden a los centros ordinarios se ha incrementado considerablemente en los últimos años lo cual es indicativo de que, aunque queda mucho por hacer, caminamos en la dirección correcta”.

La inclusión educativa no solamente pretende proporcionar a  los alumnos con discapacidad una enseñanza de calidad y un entorno donde puedan desarrollar las  habilidades que facilitarán su futura integración en la sociedad; “es un proyecto que pretende también modificar la propia sociedad haciéndola más justa, más tolerante, y más humana”.

Actualmente, existen en el mundo más de mil millones de personas con algún tipo de discapacidad, lo que supone aproximadamente un 15% de la población mundial, según las estimaciones del Informe mundial sobre la discapacidad (OMS y Banco Mundial, 2011). Se trata, además, de una problemática que va en aumento, debido al envejecimiento de la población y el incremento de problemas crónicos de salud, y que afecta de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables.

El estudio ha sido elaborado por Carolina Gonzálvez Maciá, Doctora en Investigación Educativa: enseñanza y aprendizaje; María Vicent Juan y Ricardo Sanmartín López, Doctorandos en Investigación Educativa: enseñanza y aprendizaje.

 

 

 

Fuente: Universidad Internacional de Valencia

 

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