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Expertos de la VIU alertan de la aparición de nuevas “enfermedades sociales” relacionadas con la crisis económica

Las recesiones económicas influyen en la salud de la población, principalmente en los más vulnerables, y provocan, a largo plazo, la aparición de nuevas “enfermedades sociales” relacionadas con el impacto de la crisis económica, según se desprende del informe elaborado por las profesoras de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), Raquel Sánchez Recio y Carolina Varela Rodríguez sobre “Evolución en la utilización de los servicios sanitarios y el uso de indicadores claves”.

Carolina Varela Rodriguez ha indicado que “las crisis económicas provocan la aparición de una serie de malestares, denominados por los epidemiólogos como  las patologías alrededor de la crisis, que tienen que ver con los desahucios, la pobreza energética, el desempleo y con diferentes formas de la violencia”.

 “Sin embargo -ha continuado Raquel Sanchez Recio-, en épocas de crisis, la salud autopercibida mejora, ya que, ésta pasa a un segundo plano dejando los primeros puestos a otras preocupaciones relacionadas con problemas económicos”.

La salud autopercibida es, según las expertas de la VIU,  “un buen indicador de morbimortalidad, pues se ha comprobado científicamente que, con una sencilla pregunta como: ¿cómo considera usted que es su salud?, y con respuestas tipo: muy buena, buena, regular, mala y muy mala, se puede determinar que la salud autopercibida está directamente relacionada con la probabilidad de presentar una enfermedad crónica y con la utilización de los servicios sanitarios”.

Para las profesoras de la VIU, “es necesario que todas las políticas públicas tengan relación con “las políticas de la salud” y que se invierta más en unificar y buscar indicadores o variables que permitan estudiar estas cuestiones, para así poder aportar información sobre los determinantes del contexto socioeconómico y político de la salud, las desigualdades entre hombres y mujeres en materia de salud, y las variables sociales individuales y grupales para redirigir las actividades hacia lo que realmente necesita la población”.

El informe explica también que en épocas de crisis, la tendencia en la utilización del servicio de urgencias, tanto para hombres como para mujeres, es ascendente y que, se trata de un problema crónico de nuestro sistema sanitario, debido a que refleja la mala utilización por parte de los usuarios de otra serie de recursos asistenciales como son la atención primaria.

LAS CRISIS ECONÓMICAS Y LA SALUD

Según el informe, “la crisis ha hecho que las desigualdades socioeconómicas se acentúen aún más creciendo la inequidad y, por ende, las desigualdades de la salud”. Los recortes y la austeridad en materia sanitaria, provocados para poder mantener el sistema Nacional de Salud (llegando a alcanzar una reducción media anual del 4,8% mediante la adopción de diversas medidas), unidos a la descentralización del sistema de salud español, al aumento de la pobreza, especialmente en los niños, y al desempleo, “han provocado también tres efectos a corto plazo: la emigración, el empobrecimiento y el VIU-GRANDEdesempleo”.

El estudio de la VIU explica que se estima que existe un retardo entre diez y veinte años desde que decrece el PIB hasta que aparecen todos sus efectos sobre la sociedad, e indica que tanto el nivel de renta per cápita de un país como su distribución son decisivos en el grado de salud de la población. Así, progresivamente, el empobrecimiento produce cambios en los hábitos de vida tales como la dieta, en la utilización de los servicios sanitarios y en la inversión en educación, que provocarán un efecto detectable a largo plazo.

Asimismo,  respecto a la utilización de los servicios sanitarios en función de la clase social indica que “se ha demostrado que las desigualdades económicas influyen en la utilización de los mismos. La población con menor nivel de renta tiende a utilizar en mayor medida las consultas de atención primaria y, con mayores niveles de renta, la atención especializada”.

Además, resalta que las épocas de crisis influyen también en el gasto farmacéutico “ya sea en nuevos medicamentos, como los biológicos, o en productos y tecnología sanitaria”.

Fuente: VIU Valencian International University

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