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Hábitos alimentarios: ¿cuáles son los saludables?

Es bastante común escuchar sobre buena alimentación, dieta balanceada, alimentación equilibrada y otros conceptos que, a simple vista, pueden parecer bastante amplios. Sin embargo, buena parte de la alimentación se trata en pequeñas acciones antes que en grandes cambios. Esos pasos se conocen como hábitos saludables que se pueden desarrollar durante el día. A continuación se descubren algunos de ellos y se invita a las personas interesadas en este campo a cursar el Máster Internacional en Nutrición y Dietética para especializarse en este sentido.

Hábitos alimentarios: su importancia

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el concepto de un plan de alimentación adecuado es: “una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, entre ellas la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cardiovasculares y el cáncer”.

Por tanto, suele ser conveniente aplicar diversos hábitos positivos en el día a día para generar un impacto positivo en la salud personal. A continuación se describen cuatro recomendaciones que se pueden tener en cuenta durante este proceso.

4 hábitos alimentarios positivos

Los hábitos saludables propician mejoras en distintas capas de la salud de las personas. Hay cuatro aspectos que se pueden tener en cuenta para comenzar con todo este proceso. Se describen en las siguientes líneas.

Frutas y verduras para enriquecer la dieta

Las frutas, verduras y hortalizas dan una vuelta completa a muchos planes de alimentación. Con base en esto se sugiere:

– Sumar frutas y vegetales en todas las comidas. Hay una base promedio: comer al menos unos 400 gr., equivalentes a cinco porciones al día de frutas y verduras.

– En meriendas o ante antojos, se recomienda elegir frutas frescas y verduras crudas.

– Se sugiere elegir alimentos de temporada

– Procurar variedad en la dieta diaria.

Reducir la azúcar

De acuerdo con la OMS, tanto niños como adultos deben reducir a menos de 10% la ingesta de azúcares libres dentro de la carga calórica. Incluso, el objetivo ideal es que sea sólo 5% para generar mayores beneficios. Hay que tener en cuenta que a través de las frutas se puede consumir la azúcar adecuada.

A esta recomendación se suman las siguientes:

– Limitar el consumo de alimentos y bebidas de alto contenido en azúcares, como bebidas azucaradas, refrescos, zumos, aperitivos, golosinas, bollería, entre otros.

– Priorizar el azúcar natural de las frutas, antes que el consumo de productos con azúcares añadidos y refinados.

Controlar las grasas

Es importante aclarar algo: las grasas son nutrientes esenciales en la dieta de cualquier persona. El detalle es cuán presenten están en ella y qué tipo de grasa es. Lo ideal es que no superen el 30% de las ingesta calórica total. Por otro lado, se sugiere consumir aquellas que provengan del aceite de oliva, el aguacate o frutos secos, que contienen grasas positivas.

Para redondear porcentajes, la recomendación es las grasas saturadas representen menos del 10% y que las grasas trans no superen el 1% de la ingesta calórica diaria.

Reducir la sal

El consumo medio de sal se ubica entre 9 y 12 gr. de sal diarios. Aunque no lo parezca, este dato es alarmante. Se recomienda que la media diaria sea de menos 5 gr. de sal diaria dentro de cualquier dieta, poco más de una cucharadita y, a ser posible, que sea sal yodada.

El consumo excesivo de sal influye de forma negativa en enfermedades coronarias, accidentes cardiovasculares e hipertensión arterial.

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