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La biblioteca de las brochas de maquillaje

brochas de maquillaje

La gran mayoría de gente empieza a maquillarse con los dedos. En la infancia o en la adolescencia no es necesario mucho más, ya que maquillarse es más un juego que una práctica común. Pero llegada la edad adulta, las ojeras y las manchas en la piel, hacen que se use maquillaje diariamente, en mayor o menor grado. Repartirlo con los dedos es bastante inoperativo y poco efectivo, sin tener en cuenta que una (o uno) se puede llegar a ensuciar mucho. Por esta razón, los gurús del maquillaje crearon las brochas de maquillaje. Actualmente las hay de muchos modelos: grandes, pequeñas, con gran volumen de cerdas, ligeras o duras… Vamos, que existen opciones muy variadas como para usar distintas brochas para todo el maquillaje.

Una brocha para cada uso

Hay una infinidad de brochas y pinceles de maquillaje, y cada una de ellas tiene un uso en particular. Hay personas que no se maquillan demasiado y no requieren tanta variedad. Por ello, es recomendable elegir aquellas brochas que se va vayan a usar más. A continuación, te explicamos la función de cada una.

  • Brocha para la base: también conocida como «brocha mofeta». Tiene un volumen de cerdas destacado y acostumbra a estar dividida en dos colores, siendo más clara en la parte superior. Al ser de  una dimensión mediana, se puede usar para el colorete.
  • Brocha de polvos: puede usarse para los polvos matificantes, compactos, sueltos… Es una brocha más grande que la de la base, por ello no se aconseja darle más uso que este ya que se aglutinaría demasiada cantidad de producto. Muchas personas usan la «brocha kabuki», de mango corto y pelo suave.
  • Brocha de colorete, iluminador y bronceador: se puede usar la misma brocha para los tres usos, aunque para el iluminador se recomienda el uso de uno a parte. Las brochas específicas para este uso, acostumbran a ser biseladas o en forma de abanico. Esta forma permite definir mejor las mejillas y áreas estrechas como la nariz o el contorno lateral de los ojos, donde se suele usar el iluminador.
  • Brocha o pincel corrector: se usa solamente para suministrar el corrector de ojeras. Aunque se usen correctores  en barra, un pincel permitirá extender mejor el producto.
  • Brochas para la sombra de ojos: existen diversos modelos de dimensiones distintas. Las brochas más pequeñas se usan para decoración o aplicación de color reducida. En cambio, las brochas que tienen más pelo se usan para aplicar la base de la sombra. Los pinceles habituales para las sombras de ojos acostumbran a ser «lenguas de gato», «pinceles de esponja» o «pinceles lápiz».
  • Pincel para cejas: esta brocha, de pequeñas dimensiones, cerdas rígidas y cortadas en diagonal, se usa para definir y rellenar la forma de las cejas. El peine de cejas, por otro lado, se usa para peinarlas en la dirección elegida, separar los pelitos y darles color. Es semejante al pincel de la máscara de pestañas. Se puede utilizar la misma brocha para hacer el eyeliner, una de las mejores alternativas y que siempre es tendencia.
  • Pincel para labios: parecido al pincel para cejas, acostumbra a ser de dimensiones reducidas y con cerdas rígidas para delinear bien la forma de los labios.

¿Cómo cuidar las brochas de maquillaje?

Si se invierte en diferentes brochas, también es importante aprender a preservarlas para que duren más tiempo y no se malgaste dinero (y recursos del medio ambiente). Hay que limpiarlas de forma habitual, sobre todo para cuidar su higiene y evitar la formación de bacterias. Si se acumula producto durante muchos días consecutivos, se estará creando un nido perfecto para que los gérmenes acampen por donde les plazca.

Hoy en día existen productos designados para limpiar las brochas. No obstante, si se opta por hacerlo en casa a modo do it yourself, el sistema propuesto será el más simple y económico. En un bol se le añade agua templada, un par de cucharadas de café y un chorrillo de champú de pH neutro. Sumergir las cerdas, removerlas y estrujarlas suavemente para que salga toda la suciedad. Posteriormente, se debe aclarar bien la brocha y secarla hasta que se arrastren todos los residuos. Se deben dejar secar en una zona plana, respetando su forma. 

Para la gente que se maquilla a diario, hay que limpiar las brochas una vez a la semana. Si el maquillaje es ocasional, será suficiente con limpiarlas cada dos o tres semanas. De la misma manera que se cuida la apariencia, también hay que velar por los materiales que se usan para su eficacia y eficiencia. 

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