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La importancia de la gestión de residuos

La Tierra es nuestro hogar y, como tal, debemos ensuciarla lo menos posible. La generación de basura y residuos es inevitable (aunque sí puede reducirse), pero lo que sí podemos evitar es que acaben perdidos en nuestro entorno. Aquí arranca la importancia de la gestión de residuos, que consiste en brindar un tratamiento diferenciado a cada desperdicio. Vamos a profundizar un poco más en este concepto.

La clasificación, pilar de la gestión de residuos

La gestión de residuos empieza en nuestra casa y finaliza en las instalaciones destinadas a llevar a cabo el procesamiento de los mismos. Si hace solo unos años toda la basura que generábamos en el hogar acababa en una única bolsa, hoy en día cada vez son más las familias que clasifican los desperdicios.

Los envases plásticos, el cartón y el vidrio tienen un tratamiento distinto y también difiere su forma de aprovechamiento. Eso sí, el objetivo común es evitar que los residuos terminen en la naturaleza. Para entenderlo un poco mejor, nada como tener a mano ciertos datos. Cerca de 8 millones de toneladas de plástico se vierten al año en los océanos, una triste realidad debida sobre todo a un uso desorbitado de este material, pero también a una mala gestión de residuos.

Entre el 60 y 70 % del cartón y vidrio usado en España se recicla, pero si hablamos del plástico, la tasa baja hasta el 15 %. Por tanto, ¿es importante la gestión de residuos y, en concreto, del plástico? La respuesta es sí, pero también sería deseable intentar reducir este material, dado su alto poder contaminante.

Las 3 Rs en la gestión de residuos

La gestión de los residuos está basada en un óptimo tratamiento de los mismos mediante sistemas eficaces y sostenibles tanto de recopilación como de procesamiento y eliminación. Esta práctica es de gran ayuda para cuidar el medioambiente y para combatir el cambio climático. En torno a este asunto, podemos hablar de las 3Rs en la gestión de residuos: reducir, reutilizar y reciclar.

  • Reducir

Para evitar que los residuos dominen la naturaleza hablábamos anteriormente de no generarlos, pero como esto no es posible, al menos sí reducirlos. Reducir supone modificar sustancialmente nuestros hábitos de consumo, quedarnos con lo esencial y eliminar lo superfluo. Es un cambio de mentalidad en toda regla, pero merece la pena.

  • Reutilizar

¡Qué rápido sustituimos una cosa por otra más nueva! Y sin pararnos a pensar en el daño que esto estaría ocasionando al medioambiente. Al reutilizar productos, ya sea reparándolos o donándolos, estaríamos dejando de generar una importante cantidad de residuos.

  • Reciclar

Si tras reducir y reutilizar aún quedan desechos, entonces, el siguiente escalón sería reciclarlos. Esto significa separar nuestros residuos y llevarlos a los puntos de reciclaje correspondientes. Si son desperdicios plásticos, ya sabes que se reciclan en el contenedor amarillo; si es vidrio, en el verde; si es papel o cartón, en el azul; si son residuos orgánicos, en el marrón.

Beneficios de la valorización de residuos

Al proceso de transformación en una planta de reciclaje de un residuo en un artículo útil se denomina valorización de residuos. Como podrás imaginar, son varios los beneficios. El primero y más obvio es que contribuye a la reducción de basura que acaba en los vertederos. Por tanto, se reduce la contaminación.

La valorización de residuos también es muy ventajosa para los ciudadanos de a pie, pues crea más puestos de trabajo gracias a que se construyen cada vez más plantas de reciclaje.

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