La saturación del transporte urbano ha llegado a límites de magnitud que nos se veían desde 1800 según un informe de McKinsey de 2019. La tecnología de vanguardia no solo la podemos ver en la ciencia ficción sino que constituye una gran parte de nuestra vida diaria. Las alternativas sostenibles están en auge y esta demanda provoca que a gobiernos y empresas privadas les llegue la urgencia por desarrollar soluciones. Los drones, vehículos autónomos, eléctricos y de movilidad compartida son algunos de los proyectos de movilidad urbana de la próxima generación que superan las expectativas de muchos proyectos desde hacía años.
Los ingresos están creciendo cada vez más, según McKinsey, solo con los globales asociados con vehículos autónomos en áreas urbanas podrían superar los USD 1,6 billones para el 2030. En Estados Unidos, los beneficios públicos, aquellos con menor congestión y porcentaje pequeño de accidentes así como espacio liberado en áreas urbanas, podrían alcanzar los USD 350 millones antes del 2022. Esto puede incrementarse más ya que las investigaciones apuntan a que el 60% de la población mundial vivirá en ciudades al llegar el año 2030, esto supone un alcance superior al 50% del 2015.
Los directores de proyecto deben sostener en una balanza la rapidez y el riesgo en el contexto por desarrollar y lanzar soluciones antes que lo haga la competencia. Por ejemplo, después de registrar más de 16,1 millones de kilómetros (10 millones de millas) durante una prueba piloto de apenas 10 meses de su taxi autónomo en las vías públicas, Waymo (originalmente un proyecto de Google) anunció que lanzaría en diciembre el servicio a nivel comercial.
Dicha carrera no está limitada al sector privado, ya que gobiernos locales, en colaboración con empresas privadas e internacionales, lanzan proyectos para transformar o mejorar las condiciones de sus transportes públicos con el objetivo de convertirlo en un uso más sostenible en la energía y así proteger sus inversiones tecnológicas contra el desuso y la obsolescencia.
Incluir las nuevas tecnologías en los viejos sistemas puede ser un trabajo complejo y costoso, según los directores de proyecto encargados de trabajar y ejecutar en etas nuevas iniciativas. Para que las nuevas iniciativas puedan llegar al éxito, las personas involucradas “deben tener una visión a muy largo plazo de los beneficios”, sostiene Graham Currie, PhD, Director del Grupo de Investigación sobre Transporte Público y Presidente de Transporte Público de la Universidad de Monash en Clayton, Australia.
Obstáculos de la burocracia
Desarrollar modelos de transporte urbanos modernos tienen vertientes totalmente opuestas, tanto positivas como negativas. Por una parte, su programa de sostenibilidad ayuda a aliviar problemas de movilidad de las ciudades, pero también puede crear una escasez de financiamiento para iniciativas de infraestructura y transporte. Asimismo, estos proyectos pueden verse atrapados en aprobaciones y burocracia con la cantidad de personas interesadas que se involucran. “Somos parte del estado y debemos seguir las reglas de adquisición”, señala Mitch Ewan, Director de Programa de Sistemas de Hidrógeno del Instituto de Energía Natural de Hawai en la Universidad de Hawai en Oahu, Hawai, EUA. “Pero el proceso en general incorpora demoras inherentes al proyecto. No se trata de días o semanas. Hacer pasar las cosas por el proceso burocrático puede llegar a tomar meses o años. Es frustrante, pero hay que aceptar que es parte del proceso”. A la hora de superar esos obstáculos y contratiempos en el cronograma, Ewan ha determinado que educar a los interesados funciona mejor que hostigar a los miembros del equipo para que lleven a cabo tareas.
Artículo “Movimiento urbano” de AMY WILKINSON de la revista PM NETWORK de Noviembre 2019, revista del PMI. PMNETWORK, PMI, PMP son marcas registradas del Project Management Institute.
En nuestro presente siglo XXI, la tecnología e innovación son unos de los pilares fundamentales en nuestro día a día, invadiendo cada ámbito de nuestras vidas. Puede que sea para mejorar la calidad o abaratar costes en procesos y desarrollos. Por ello, estamos seguros que la figura del director de proyectos se ha convertido en fundamental en la transición tecnológica. 
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