Los alumnos de cuarto curso de Diseño de Interiores han colaborado con una exposición en el Museo del Traje en el mes del Diseño Emergente bajo la temática elegida para este año: Cuba.
Se trata de una colaboración con IADE en la nueva linea del Grado compartido en Diseño de Moda. Los alumnos de Nebrija han colaborado en la creación e instalación de los stands para mostrar los vestuarios diseñados por los alumnos de IADE, coordinados por el profesor Pedro Monjardín.
La propuesta busca envolver y potenciar los diseños de moda realizados por los alumnos mediante el contraste, la contundencia y la sencillez. Se reciclan elementos encontrados en los almacenes del museo, que están usados pero que son transformados en elementos poéticos: Una gran caja de madera central que remite a la caja de mercancía, al barco, al mar o a la piscina de donde emergen o donde se sumergen los maniquíes, en un agua materializada mediante cadenas metálicas doradas; una serie de capas de plástico translúcido flotan sobre la gran caja a modo de aguacero de luz, color y transparencia. Los maniquíes y sus vestidos destacan sobre esta base, que a pesar de ser neutra tiene peso y presencia y aporta unidad al conjunto. Se utiliza la iluminación existente en sala para aportar dramatismo y potenciar el efecto del agua dorada y sus brillos y generar un espacio de luz, sin necesidad de utilizar demasiados elementos verticales. Además, se respeta y aprovecha el vinilo existente en los vidrios perimetrales a modo de línea de flotación.
La instalación se compone de una caja central de madera que contiene cadenas doradas cubriendo el fondo de la misma y tres maniquíes. Alrededor se sitúan cinco cajas sobre la que descansan cinco maniquíes colocados a distintas alturas, para realzarlos y aportar dinamismo. Suspendido del techo, se instala el plástico de pintor que aporta distintos grados de transparencia, y sirve como soporte para la proyección de fotografías de Cuba. Se sugiere así un espacio más íntimo, y distanciado del resto de propuestas, donde el material mismo incita al usuario a desplazarlo y asomarse al corazón de la propuesta, y de esta forma, generar movimiento alrededor de la gran caja. La instalación está pensada para ser transitable y que el público pueda rodear y contemplar el vestuario y la instalación como un todo. Las capas de plástico suspendidas del techo aportan en este sentido dinamismo y al moverse con las corrientes de aire producen un leve sonido similar al del mar.
