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La oxitocina: protagonista del amor, confianza, altruismo, empatía y la prosocialidad

El catedrático de Psicobiología por la UCM y miembro del equipo docente multidisciplinar del Máster en Inteligencia Emocional, Psicología Positiva, Neurociencia, Coaching y estudio científico de la felicidadManuel Martín-Loeches, la denomina metafóricamente ‘arma química’. Otros autores la han bautizado como ‘hormona del amor’. Desde el campo de la Genética, la Neurociencia, la Psicología, la Química y Endocrinología y la misma Inteligencia emocional, la oxitocina se erige como una de las expresiones bioquímicas más importantes entre las que definen y hacen único al ser humano –si bien esta hormona es común en todos los mamíferos, y muy presente en los primates–. Puede concluirse que, como popularmente se considera, el amor no es tanto territorio del corazón, sino del cerebro.

En varias ocasiones la oxitocina ha estado en boca de los ponentes del Máster en Inteligencia Emocional multidisciplinar, destacando sobre todo su importancia y protagonismo en las relaciones sociales, en las íntimas, en la amistad y en el amor, en la amabilidad y cualidades como la empatía. También se vincula con la sexualidad, el apego materno y paterno y la estabilidad emocional.

De ahí que no ande desencaminado el Dr. Martín-Loeches al considerarla toda un ‘arma química’ de nuestro organismo, queproducimos en el hipotálamo y que se secreta desde la hipófisis, y determina en buena medida nuestra conducta y comportamientos.

De toda la ‘magia’ de conexiones neuronales y operaciones químicas de nuestro cerebro, la de la oxitocina es una de las que más han interesado a los investigadores, algo que no sorprende al haberse descubierto –por ahora– sus extraordinarias características, tan definitorias de nuestra especie. Como nos recuerda el catedrático Martín-Loeches, director de Neurociencia Cognitiva del Centro Mixto de Evolución y Comportamiento Humano (UCM-ISCIII), la oxitocina está implicada en “multitud de comportamientos que podríamos considerar ‘deseables’, tales como el amor, las relaciones familiares, las relaciones sociales o el coito (en el que los niveles habituales se multiplican por cinco), entre otras cosas”.

Del bebé al adulto

Asimismo, al abordar la importancia del vínculo de apego materno en el bebé, el experto en Inteligencia emocional Santiago L. dedicó un apartado precisamente a la oxitocina, que en palabras de José Luis Ivorra, del Centro de Investigación Biomédica en Red es “una molécula con propiedades duales, ya que puede actuar como hormona y como neuropéptido”, y prosigue: “Tiene numerosas funciones, incluyendo la distensión del útero durante el parto y la secreción de leche materna, pero son sus funciones en el cerebro las que han fascinado a la comunidad científica durante décadas. En él, la oxitocina tiene un papel de sociabilidad y las relaciones de confianza y apego, lo que la ha llevado a ser conocida como la ‘hormona del amor’”.

Por su parte, expertos en la materia como los doctores Ibone Olza (psiquiatra infantil) y Miguel Ángel Marín (neonatólogo) –que han realizado importantes estudios de la oxitocina y su relación con el autismo– destacan que “en la actualidad sabemos, gracias a la neurobiología del apego, que existe una correlación directa de la teoría del apego con el desarrollo neuronal del lactante y con cambios en sistemas neuroendocrinos de la madre, que permiten finalmente que se inicie el vínculo entre ambos y la formación del proceso de apego”, y añaden: “Las alteraciones de este proceso generan alteraciones neuroanatómicas que predisponen a diferentes patologías mentales”.

Clave en la infancia temprana, y también fundamental a lo largo de la vida. En la ponencia sobre Epigenética que ofreció la doctora en Biología Carmen Vida en el Máster en Inteligencia emocional, subrayó que las modificaciones epigenéticas del gen OXT (oxitocina) están vinculadas con una mayor sociabilidad del individuo.

De esta forma, sujetos con baja metilación de OXT (mayor expresión de oxitocina) muestran estilos de apego más seguros, mejor capacidad para reconocer expresiones faciales emocionales, mayor actividad del surco temporal superior durante tareas de funcionalidad cognitiva social y mayor volumen de materia gris del giro fusiforme que las personas que presentan una mayor metilación del gen OXT. Por otro lado, la oxitocina no solamente es una hormona, sino que es también un neuropéptido involucrado en comportamientos de abordaje social en humanos y otros mamíferos, a partir del cual se definen la confianza, el altruismo, la empatía o la prosocialidad del sujeto.

 

 

Fuente: Blog Instituto Psicobiológico

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