Estos meses de verano son clave para el cuidado de la piel y prevenir la aparición de manchas causadas por el sol. Por este motivo, hay que poner especial atención a su cuidado, ya que la exposición directa al sol es mucho mayor que en cualquier otra época del año.
¿Cómo afecta el sol a la piel?
Cuando tomamos el sol, el cuerpo se expone “a un conjunto de radiaciones electromagnéticas de las cuales la radiación ultravioleta (UVR) y la radiación visible forman parte” (Martínez, 2002). De esta radiación ultravioleta o radiación no visible, un 95% de la que llega a la Tierra es radiación ultravioleta A (UVA) y un 5% es radiación ultravioleta B (UVB).
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer (2021) de Estados Unidos, por un lado, la radiación UVA proviene de los rayos invisibles que emite el sol. Este tipo de radiación puede causar problemas en el sistema inmunitario, en los ojos, las manchas en la piel, “el envejecimiento prematuro de la piel y cáncer de piel”.
Por otro lado, la radiación UVB también son los rayos invisibles que provienen del sol, pero esta tiene otras consecuencias. Puede provocar quemaduras, engrosamiento y oscurecimiento de la capa exterior de la piel, así como melanomas y más tipos de cáncer de piel. Y, al igual que los rayos UVA, también provocan problemas en el sistema inmune y en los ojos y la aparición de manchas en la piel (Instituto Nacional del Cáncer, 2021).
Las manchas en la piel causadas por el sol se conocen bajo varios tipos: “léntigos, melasmas o hiperpigmentación” (Prieto, 2010). Estas suelen afectar principalmente a la cara y se hacen más visibles ante la exposición al sol, sobre todo en verano. Podrían calificarse como “unas pecas más grandes” que de forma habitual van acompañadas de otros signos de fotodaño.
Los melasmas o melanosis faciales son las “manchas reactivas a los rayos UV”. Estas afectan más frecuentemente a embarazadas o a las mujeres que están comenzando a tomar anticonceptivos debido a que los cambios hormonales que están viviendo hacen que su piel se vuelva más sensible al sol (Prieto, 2010).
¿Cómo evitar las manchas solares?
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2015) da una serie de recomendaciones para proteger la piel del sol y así prevenir la aparición de manchas solares:
- Empleo de prendas de vestir, sombreros y/o gafas de sol en las zonas que sean más propensas a sufrir quemaduras.
- Aplicar crema solar en las zonas que no queden cubiertas por la ropa. Las cremas protectoras “de amplio espectro, con factor de protección igual o superior a 30” son las más recomendadas. En caso de nadar o sudar, aplicar de nuevo a las dos horas.
- Tratar de evitar la exposición al sol en las horas en las que las radiaciones ultravioleta son más intensas. Esta franja horaria es “entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde”.
- Aprovechar los tramos en los que haya sombra, sobre todo cuando los rayos UV sean más fuertes, aunque es necesario recordar que los árboles, sombrillas o toldos no protegen del todo de la radiación solar.
Cabe destacar que la mejor forma de evitar que aparezcan manchas en la piel es directamente no exponerse al sol. Pero, si es inevitable, siempre con mucha precaución ya que, como indica Martínez (2002), “no existe el bronceado seguro ya que la pigmentación es una respuesta protectora al fotodaño”.
Fuentes:
Prieto, M. F. (2010). Manchas en la piel: Las invitadas de piedra del verano. Emol.com. Obtenido en https://www.emol.com/noticias/Tendencias/2010/10/26/734307/Manchas-en-la-piel-Las-invitadas-de-piedra-del-verano.html.
Instituto Nacional del Cáncer (2021). Radicación UVB. Diccionarios del NCI. Obtenido en https://www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer/def/radiacion-uvb.
Martínez, S.O. (2002): El sol y la piel. Vol. 5, nº 13. Obtenido en https://revistas.unab.edu.co/index.php/medunab/article/view/298/281.
Organización Mundial de la Salud (2015): ¿Qué medidas sencillas pueden tomarse para protegerse del sol? Obtenido en https://www.who.int/features/qa/40/es/.
