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Métodos para aprender a leer en la infancia

Para aprender a leerlos niños necesitan desarrollar habilidades cognitivas concretas, tales como la concentración, la observación y la capacidad de relacionar letras o palabras con imágenes (la grafía «sol» con el dibujo de un sol amarillo, por ejemplo), entre muchas otras cosas.

Obviamente, a cada niño le llega su momento. Sin embargo, el sistema educativo entiende los seis años como la edad correcta para aprender a leer. Tanto si se quiere inculcar la lectura en casa o como docente, se deben conocer los distintos métodos que se pueden aplicar. A continuación, entenderás de qué va cada una, además de conocer sus ventajas e inconvenientes.

La evolución del aprendizaje de leer y escribir

Leer y escribir son dos competencias que se van ganando pero que tienen una gran relación. Se dan casi al mismo tiempo, de manera paralela. Por lo que a la escritura se refiere, además de destrezas cognitivas y psicológicas, necesita de ciertas habilidades motrices como saber coger un lápiz, poder escribir linealmente o estarse un tiempo haciendo una misma cosa.

Lo mejor es que la lectoescritura sea adquirida por los pequeños como un juego. ¡La aventura del conocimiento! Ellos están abiertos a recibir información. Por eso quieren saber qué dice ese cartel o qué significado tienen esas letras que hay en un extremo de los dibujos animados de la televisión.

Así que, para los niños aprender a leer y a escribir no debería ser un punto académico a satisfacer. Todo lo contrario, deberían poder relacionarlo a actividades lúdicas y creativas que les dejen continuar viendo el mundo a su manera y estilo inconfundible. Por ello es capital que, antes de los seis años, se vayan haciendo con las letras y las palabras. El adulto no tendría que imponer horarios para leer o escribir. Igualmente, tampoco es correcto transmitirles la lectura de cuentos infantiles de una manera forzada y obligada.

Métodos para aprender a leer en la infancia

Hay distintos métodos para enseñar a leer. Los dos más conocidos son los siguientes:

Sintético o método tradicional

El método sintético o tradicional consiste en que los niños aprendan, en un inicio, el abecedario. Es decir, las letras (primero las vocales) y su grafía. Mientras van incorporando letras sueltas, añaden el sonido de las letras y el de su combinación entre ellas; es el momento en el que comienzan a emitir sílabas. Luego, llegan los motes y posteriormente las frases. Así, desde las letras sueltas a las formas más complicadas, los pequeños aprenden a leer sin ayuda. De esta manera, van entendiendo el sentido de lo que leen y son capaces de exponerlo con sus palabras. Se coincide que es una técnica un poco antigua para los tiempos actuales que corren.

Analítico o método global

Tiene como meta la inmersión total de los pequeños en el mundo de las palabras usando las imágenes asociadas. Por ejemplo: la palabra «árbol» y su grafía a lo que añade la imagen de un árbol. Con lo que los hijos o alumnos relacionarán, desde un inicio, el mundo de la escritura al de la lectura. Así, aprenden ambas cosas prácticamente de manera simultánea y «sin darse cuenta».

A diferencia del método anterior, el método analítico consta de las frases y palabras al conocimiento concreto de cada una de las letras, es decir, de lo complicado a lo simple. Se considera por ello más ágil y dinámico, aunque genera dudas alrededor de las faltas de ortografía. Hay quienes dicen que, al no enseñar el abecedario como punta de lanza, algunos niños aprenden a leer y a escribir, pero cometiendo errores complicados de corregir sobre la marcha. Ante ello, los partidarios de esta técnica alegan que enseñando las reglas ortográficas no hay que tener temor alguno.

Método Doman para aplicarse a leer

Es otra famosa técnica para aprender a leer. Proviene de mediados del siglo pasado y fue ideado por el médico estadounidense Glenn Doman que entonces se dedicó a mostrar a niños con lesiones cerebrales a leer. Hoy, gracias a sus buenos resultados, se aplica en todo el mundo y a toda clase de niños.

Según el propio Doman, fallecido en 2013, es factible que bebés de menos de tres años aprendan a leer si se les suministran materiales adecuados y grafías de gran tamaño. Por ello es considerado el ideólogo de los bits de inteligencia que son láminas de fondo blanco (para que solo sobresalga lo importante) con una palabra y una imagen relacionada. Esas láminas se diferencian en categorías: animales, plantas, medios de transporte, profesiones, etcétera.

El método Doman se considera mejor que el silábico y motiva el aprendizaje por sí mismo a edades muy anticipadas, aunque está mal visto por los constructivistas, es decir, por los defensores del aprendizaje organizado y por fases.

¿Cómo enganchar a los niños a la lectura?

Muchos padres y maestros se cuestionan: «¿Cómo hacer que a los niños les guste la lectura? ¿Cómo animarlos a leer?». La respuesta es sencilla. Si tú lees, tu hijo o alumno leerá. Si al padre le gusta pasar un rato hojeando ejemplares en la biblioteca, al hijo también le gustará. Como en la vida diaria, el padre es el ejemplo a seguir.

En efecto, cuando un adulto afirma que le gusta leer y que la lectura le resulta una actividad divertida y creativa, los niños de su alrededor cogen el mensaje.  Entonces, sienten merodeo por saber qué se esconde en las páginas de un libro y quedan sobrecogidos ante un mundo de múltiples posibilidades. Porque los libros les permiten conocer personajes fantásticos, nombres peculiares, enfermedades raras y otras formas de vivir. También, a través de la lectura, descubren seres que no existen en la realidad, profesiones que les gustaría practicar cuando sean mayores y mucho, mucho más.

Con lo expuesto, se puede observar que existen infinidad de técnicas para aprender a leer o, más bien, para instruir a leer a los pequeños. Hay niños que tienen habilidades para unas cosas, mientras que otros tienen más facilidades con otras. Lo importante es que la lectura llegue a ellos como una ocasión y no como una obligación. Sin lugar a dudas, si perciben que leer puede darles oportunidades y abrirle ventanas imaginarias a un mundo nuevo, querrán acceder a todo ello y aprenderán a leer como si iniciaran una aventura.

 

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