Un 84% de hombres directivos en España creen que existen barreras que están impidiendo que haya más mujeres directivas, pero tanto ellos como ellas, tienen en mente las mismas soluciones para aumentar el número de mujeres en puestos de alta responsabilidad. Así, un 87% fomentaría medidas de flexibilidad laboral y un 90% apostaría por facilitar la conciliación de la vida personal y profesional con el principal objetivo de romper el techo de cristal.
Esta es una de las principales conclusiones del estudio ‘Women in Business 2017’ de Grant Thornton, en el que se analiza la situación del liderazgo femenino en el mundo a partir de más de 5.530 entrevistas a directivos y directivas de 36 países (247 de ellas en España).
Las mujeres representan el 60% de los licenciados en España y el 45% del mercado laboral pero al llegar a la alta dirección de las compañías, este porcentaje desciende al 10%.
En Letonia hay más mujeres que hombres dirigiendo empresas. En Rumanía las ejecutivas ganan prácticamente lo mismo que los hombres. Pero estos dos países son la excepción, ya que solo uno de cada tres ejecutivos en Europa es una mujer, y esa mujer suele ganar sólo el 75% del sueldo que ganan los hombres, según datos de Eurostat.
No obstante, España sale relativamente bien parada en esas comparaciones. El porcentaje de mujeres en cargos directivos asciende al 37%, dos puntos por encima de la media: son algo más de 76.000 directivas, de un total de unos 208.000 puestos ejecutivos. La desigualdad salarial se limita al 16,2%, frente a una media europea del 23,4%. Tanto en España como en Europa, eso sí, hay más mujeres que nunca en el mercado de trabajo; y más mujeres que nunca en la cúpula de las empresas; pero sigue habiendo barreras que impiden la igualdad de sexos.
Todavía hay muy pocas directivas a niveles de comité de dirección, así como con posiciones de CEO, aunque es cierto que, según la Directora de Comunicación y Marketing de MetLife, Patricia Jiménez, “se va mejorando” y algunos sectores como el tecnológico, está cambiando radicalmente la fotografía (el último nombramiento de la Directora General para Twitter España hace que, ahora mismo, las mujeres “lideren el ámbito digital nacional).
ES NECESARIO FOMENTAR EL LIDERAZGO FEMENINO
La Directora de Tecnología de Liberty Seguros, Maribel de la Vega, afirma que a pesar de que su experiencia ha sido de “absoluta igualdad”, o al menos así lo ha percibido ella, a nivel general el rol de la mujer en puestos directivos “sigue siendo minoritario”, por lo que considera que “es necesario fomentar el liderazgo femenino, ya que seguimos siendo pocas en proporción”. En este sentido, de la Vega ha añadido que este es un tema a trabajar “tanto desde las empresas, como desde la universidad, las familias y la sociedad en general”.
Maribel de la Vega apoya 100% acciones que fomenten la diversidad como las que ya se están realizando en las empresas para ayudar a mejorar estos ratios, al igual que las acciones de muchas organizaciones, universidades y asociaciones en pro de la mujer directiva.
“Será un proceso gradual en el que vayamos viendo avances progresivos. Pero es importante verlo desde la perspectiva no solo colectiva, sino también individual. Mucho de lo que se consiga depende de nosotras como mujeres individuales y de nuestro posicionamiento ante cada situación. Yo personalmente siempre prefiero ver el vaso medio lleno, ver las oportunidades frente a las amenazas, enfrentarme a ellas sin miedo, exigirme a mí misma antes que a los demás. Creo que las acciones colectivas más las individuales serán las que nos ayuden a ir avanzando, ninguna de las dos funcionará de forma aislada”.
Otro de los puntos que falla, según Patricia Jiménez, somos nosotras mismas. “Nos pasamos la vida poniendo en negativo algunos atributos que nos caracteriza como mujeres tales como la emocionalidad. ¿Por qué no vemos lo positivo de ser diferentes?, ¿por qué no ponemos en valor las diferencias y lo que aporta a un equipo diverso el liderazgo femenino? Somos diferentes, y eso es bueno. Aportamos otra perspectiva, otra forma de liderar, de entender y ver las cosas”, declara la directora de Comunicación y Marketing de MetLife.
“¿Nos hemos parado a pensar que las mujeres consumidoras tenemos un perfil y un patrón de búsqueda y toma de decisiones totalmente diferente al de un hombre y que, además, en la mayoría de los hogares somos nosotras las que tomamos este tipo de decisiones?, ¿por qué no somos capaces de llevarlo al campo empresarial? sigue preguntándose Patricia Jiménez.
NETWORKING COMO PUNTO DE MEJORA
Por su parte, Francisco Santos, director de la Escuela de Negocios y Dirección (ENyD) explica que en el MBA el número de hombres es mayor que el de mujeres, aunque cada vez se incorporan más mujeres. “Tenemos grupos con un 40% de mujeres y 60% de hombres, aunque en otros, el porcentaje de mujeres puede ser algo más bajo”.
El MBA Oficial en Dirección y Administración de Empresas que oferta la UEMC Online y ENyD, enseña a los alumnos las habilidades directivas, especialmente la visión estratégica, la visión global, la toma de decisiones, fórmulas de negociación y el liderazgo.
“El MBA es importante para acceder a puestos de dirección y de responsabilidad, por lo que las mujeres deberían apostar más por este tipo de programas, para aumentar sus posibilidades de ocupar cargos de responsabilidad”, aconseja Santos.
Una vez adquiridas las competencias de alta dirección, son necesarias otras actividades esenciales para el desarrollo profesional. Una de ellas, es el “networking”, para facilitar el acceso de las mujeres a una red de contactos profesionales tradicionalmente masculina.
Asimismo piensa Santos, ya que cree que el networking es uno de los “puntos de mejora” de las mujeres en el ámbito empresarial. En un mundo todavía dominado por hombres, “las mujeres, en ocasiones, se pueden sentir fuera de lugar en determinados eventos, clubes financieros, asociaciones empresariales. Este sentimiento debe ser superado por las mujeres para romper la barrera invisible que las dificulta para acceder, ya no solo a puestos de responsabilidad, sino a otros profesionales, mayoritariamente hombres, que ocupan cargos de responsabilidad”.
MENTES CONTAMINADAS POR HÁBITOS DEL PASADO
Por su parte, Nuria Puente, docente del MBA en la UEMC Online y ENyD, también percibe que hay menos mujeres directivas en puestos de responsabilidad, tanto en el mundo empresarial como universitario. Además, considera que esta realidad “no depende tanto de una situación de discriminación (que las mujeres sean rechazadas por el hecho de ser mujeres) como de una situación de difícil conciliación”. “Creo que las nuevas generaciones estamos rompiendo con esta mentalidad, pero las anteriores están contaminadas por lo hábitos del pasado”.
La docente cree que “están fallando los hábitos heredados de las generaciones anteriores, que nos imponen tareas que no tienen que ser nuestras sólo por el hecho de ser mujeres”, por lo que añade que “hay que educar a las niñas para que sean independientes, para que tengan espíritu de superación, para que aspiren a ser lo que quieran ser, para que sean capaces de aprender a aprender, para que sueñen con su futuro y lo transformen en su presente”.
“Cuantos más conocimientos tengamos más libres seremos. Creo que debemos ser inteligentes y aspirar a mejorar (por nosotras mismas, no por los demás, ya sean éstos hombres o mujeres). Debemos estar preparadas porque la realidad nos lo exige y el primer paso está en nosotras”.
“No creo que haya una falta de actitud de liderazgo por parte de las mujeres, lo que sí creo es que debemos educarnos en la creencia de que aun siendo diferentes, podemos llegar a donde nos propongamos”, recalca Patricia Jiménez.
Al final romper las barreras es trabajo de todos, como bien ha indicado Maribel de la Vega. Y uno de los primeros pasos es el apoyo entre mujeres para luchar por la iguadad y conseguir romper, de una vez por todas, ese techo de cristal. En este sentido debemos educar a las niñas de hoy, “en la autoconfianza, en huir de los cánones antiguos y preestablecidos, en el liderar desde el inicio proyectos en el colegio, promover cambios necesarios, no obsesionarse con el aspecto físico, dejar de luchar desde el feminismo y sí desde el liderazgo femenino como una propuesta rica y diferente”, ha finalizado Patricia Jiménez.
