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¿Es posible llevar una dieta sana en verano?

Rutinas alimentarias en verano

La mayoría de la población olvida sus rutinas alimentarias y descuida su dieta en verano. Esto es debido a los cambios horarios que supone estar de vacaciones, ya que solemos levantarnos y acostarnos tarde, y esto afecta al número de comidas que hacemos a lo largo del día.

Cuando estamos de vacaciones aumenta nuestra vida social. Debido a que tenemos más tiempo libre, quedamos más veces para cenar o comer fuera de casa y visitamos el bar más a menudo. Como resultado, picamos más, comemos en exceso y consumimos más alcohol.

Todos estos cambios hacen desequilibrar nuestra dieta y muchas veces deja de ser saludable. A continuación te damos varios consejos para disfrutar de las vacaciones sin que afecte a tu salud y alimentación.

Comer sano en verano es posible

  • Es esencial hidratarse bebiendo más agua de la habitual, ya que con las altas temperaturas es más probable sufrir deshidratación. Este consejo es fundamental para la alimentación de niños y ancianos.
  • Para evitar la deshidratación también debemos reducir el consumo de refrescos azucarados y bebidas alcohólicas. Además, contienen muchas calorías y azúcares, nada buenos para nuestro organismo. Lo mejor es sustituirlas por infusiones, café, zumos naturales o smoothies de frutas y hortalizas.
  • Si nos entra el hambre a media mañana o por la tarde, lo mejor es recurrir a los tuppers de frutas. Opta por la sandía, el melón o el melocotón, son alimentos ricos en nutrientes que sacian y además contienen mucho agua. Aunque la fruta es muy saludable, tampoco debemos abusar de ella por su contenido de azúcar, con 2-3 piezas al día es suficiente.
  • Uno de los consejos más importantes es que no dejes de practicar ejercicio aunque estés de vacaciones. Si crees que hace mucho calor para realizar según que deporte, opta por actividades acuáticas como el surf, la natación o el piragüismo.
  • Inclínate por las comidas ligeras, ya que las copiosas cuestan mucho más de digerir en verano. Apuesta por las ensaladas de legumbres y haz del tomate el producto estrella de tu dieta. Además de ser una hortaliza muy saludable y refrescante, tienes un sinfín de recetas para cocinarlo: como salmorejo, zumo, gazpacho, en una ensalada, como acompañamiento, al horno…
  • Uno de los placeres del verano es el helado. No necesitas suprimirlos de tu dieta, pero opta por polos de hielo naturales que no contengan azúcares añadidos. Además, puedes hacerlos en casa. Si un día quieres darte un capricho con un helado cremoso, elige uno artesanal, así evitarás ingerir todas las grasas saturadas que contienen los helados prefabricados.

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Fuente:  ESCUELA DE POSTGRADO DE MEDICINA Y SANIDAD

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