El uso de las aguas termales tiene su origen en las civilizaciones antiguas, que las usaban como herramienta terapéutica y como un ligar de encuentro para mantener vida social. Con el paso de los años, su uso se ha mantenido, extendido y generalizado, pues se ha descubierto en ellas un valor terapéutico muy beneficioso para la salud.
En el artículo que hemos preparado, veremos algunos de los tratamientos en los que se usa, y los beneficios que cada uno de ellos aporta.
Usos más extendidos de aguas termales
Existen dos tipos de aguas termales según su origen geológico: las magmáticas, que nacen en filones metálicos o eruptivos, y las telúricas, que aparecen en cualquier otro lugar. Entre ellas, la diferencia más notable es la temperatura. Las aguas magmáticas, por lo general, superan los 50º C, mientras que las de origen telúrico ostentan temperaturas más bajas.
También guardan diferencias en los minerales y propiedades que poseen. Las magmáticas contienen bromo, nitrógeno, fósforo o cobre, mientras que las telúricas son filtradas, y compuestas por otros minerales como los bicarbonatos, cloruros y sales de cal. Por último, recordemos que las aguas termales están ionizadas y son los iones los responsables de relajar y mejorar nuestro organismo.
Aguas termales como herramienta cosmética
No siempre es posible ir a un centro de aguas termales, así que existen múltiples productos que podemos incluir en nuestra rutina diaria, que nos aportan beneficios parecidos. Estos productos deben ser ricos en minerales que proceden de manantiales en los que se envasa el agua directamente para que las propiedades se mantengan intactas. Entre sus usos, encontramos:
- Producto refrescante: perfecto para usar durante el verano, después de la playa o la piscina. Aliviará el enrojecimiento o inflamación de la piel causado por el sol.
- Limpiador: aplica agua termal sobre el rostro y retírala suavemente con un algodón o pañuelo de papel. Con esto limpiarás las impurezas y el cambio será instantáneo.
- Hidratante: puedes usarla en invierno, cuando la piel tiende a resecarse más por la calefacción y los aires acondicionados.
- Tónico facial: úsala como parte de la rutina de limpieza, justo antes de la crema hidratante.
Beneficios de bañarse en aguas termales
El agua mineralizada y caliente de las aguas termales, trae efectos positivos para el cuerpo humano, entre ellos ayudar a depurar el organismo de gérmenes y toxinas. Además, aumenta la presión hidrostática del cuerpo, lo que mejora la circulación y oxigenación sanguínea. Sin embargo, estos no son los únicos beneficios, también podemos beneficiarnos de las siguientes maneras:
- Aumento de defensas del organismo.
- Depuración de la sangre.
- Estimulación de las secreciones del tracto digestivo.
- Disfrutar de sus funciones analgésicas y calmantes.
- Relajar los músculos.
- Favorece la apertura de las fosas nasales.
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