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¿Qué es el Visual Merchandising y cómo puede ayudar a cualquier negocio?

En el momento que se entra en un establecimiento, el cerebro capta muchos inputs sensoriales. Casi el 90% de esta información es de carácter visual. El mostrador y la escenografía del local son elementos que hay que trabajar cuidadosamente para garantizar la visita de clientes. A continuación entenderás qué es el visual merchandising y por qué tiene tanto valor a la hora de vender.

¿Qué es el visual merchandising?

Mucha gente se cuestiona qué es el visual merchandising y por qué se habla tanto de él. Se entiende esta idea como el conjunto de técnicas de marketing dedicadas a la estética que se llevan a cabo en todo tipo de locales. Ya sean tiendas, cafeterías u oficinas, se puede usar esta disciplina para hacer crecer la afluencia al local, entre otros. Las tácticas se preparan de modo que despierten curiosidad en el consumidor, motiven la compra y, además, mejoren la reputación corporativa de la marca.

Esto se consigue mediante escenarios que llamen la atención del consumidor. Se usa la luz, los colores y otros elementos para crear un entorno original y único. Para conseguir esto, hay que conocer las características del comprador. Es decir, si un establecimiento viste a los maniquíes de forma dejada, no servirá de nada. Hay que saber los recursos disponibles que hay y cómo se pueden alternar. Y es que mediante el neuromarketing se aprende a saber cuáles son las aspiraciones del comprador, consiguiendo así una mayor identificación con él. Es por eso que este sector puede relacionarse con la fotografía, el diseño, la psicología y el marketing, cuatro conceptos que van muy ligados entre sí.

El local se estructura por zonas frías y calientes, según la afluencia de gente en ese punto en concreto. El aparador es una de las zonas más observadas, pues es la puerta de entrada y lo primero que ven los consumidores al andar por la calle o entrar al establecimiento. Si el escaparate es original y tiene prendas o productos que llamen la atención, el porcentaje de éxito será mucho mayor. También se pueden organizar acciones de cara al público para que sea el cliente el que tome la iniciativa de un diseño diferente y creativo. En algunos establecimientos, los concursos de visual merchandising son el pan de cada día.

El aparador, el epicentro del establecimiento

Lo primero que ven los clientes al entrar en nuestra tienda es el aparador. Tener conocimientos básicos de psicología es muy importante para saber por qué las personas sienten más atracción por unos objetos o colores que por otros. Sin embargo, hay que tener en cuenta el negocio que se tiene y la imagen que se quiere dar de cara al exterior (como queremos que nos miren).

Para organizar el escaparate, una opción es saber las modas de la temporada. Es importante ir cambiando el aspecto del mismo durante el año. En establecimientos de zapatillas deportivas, por ejemplo, hay campañas concretas cuando sale una colección nueva. Esta campaña se ve en el escaparate, de manera que uno o varios de los elementos de la nueva colección están presentes durante un período de tiempo concreto. Épocas como rebajas, Navidad o San Valentín también son instantes donde los establecimientos cambian su look visual relacionado con la coyuntura.

Si el objetivo es que el consumidor se centre en un un punto en concreto, se aconseja usar los contrastes. Colores potentes y una iluminación particular son formas de captar la atención del usuario. Se puede jugar con varios tipos de luces y sombras e, incluso, añadir objetos en movimiento. Algunos establecimientos usan adornos que mueven alguna de las partes para buscar miradas curiosas e instagramers que quieran compartir los vídeos en sus redes sociales.

De la misma manera, también hay que juntar elementos que tengan relación entre sí. Esto supondría un paisaje ponderado y lógico en cuanto a la parte visual se refiere. Por otra parte, también se puede probar con el caos y hacer aparadores caóticos para que sean vistos y se localicen todos los elementos que hay en el mismo. De todas maneras, no es recomendable sobrecargar en exceso el espacio. En caso de hacerlo, se debe hacer bien. El cliente se podría sentir atiborrado y perdería el interés.

Un caso exitoso de lo más cibernético

En Londres, concretamente en Camden Town, hay un establecimiento de ropa futurista muy peculiar. Dos grandes estatuas de humanoides actúan como vigilantes de la entrada. La tienda es como una discoteca psicodélica: iluminación oscura y ultravioleta, luces de colores y, como no, música a todo volumen. Es uno de los locales comerciales que hay que visitar sí o sí. Y no para consumir, sino para observar el espectáculo de colores y formas. Este establecimiento es el ejemplo perfecto de lo qué es el visual merchandising. 

No hay que olvidar que en un buen escaparate, ningún elemento se deja a la improvisación. 

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