Durante el transcurso de la historia, la industria naval ha diseñado todo tipo de barcos para poder realizar distintas actividades. Desde transportar mercadería hasta descubrir nuevos mundos. Las embarcaciones han navegado las olas año tras año plantando cara a mares, océanos y grandes vientos y tormentas. Si eres un devoto con lo que respecta al mar, a, los barcos y al diseño de los mismos, a continuación te explicamos los entresijos del Máster en Diseño Naval.
Barcos de vela
Los barcos de vela son, indudablemente, una de las embarcaciones más antiguas que existen. Sus primeros espectros datan del siglo X, durante la Edad Media. Estas naves no eran construidas únicamente para trasladar mercancías y pasajeros. Muchas de ellas estaban pensadas específicamente para conflictos bélicos y para exploraciones. Las cocas medievales, datadas en el siglo X, se usaban para el comercio marítimo y llevaban una pequeña tripulación consigo. Dos siglos después, las carracas pasaron a ser sus precursoras. Incrementaron la velocidad, el margen de maniobra y el coste de la construcción.
Por otro lado, las nao, naves que se utilizaron desde el siglo XIV hasta el siglo XVII, se usaban para grandes viajes, pudiendo transportar a una tripulación más elevada. La nao Santa María de Cristóbal Colón, explorador de las Américas, es conocida por la mayoría de la gente. Las carabelas son otro modelo de grandes barcos que usaban en viajes muy prolongados. Fueron creadas por los portugueses y usadas por los españoles en su exploración a América.
La galera, nacida en el siglo XIV, era una preciosa embarcación característicamente mediterránea. Eran naves inmensas y se usaban, mayormente, para guerras y conflictos armados. La Armada Invencible, popular por su flota naval de grandes dimensiones, utilizó este tipo de barcos para derrotar a Isabel I en el asalto español de Inglaterra, liderado por el Rey Felipe II de España. Los galeones y los navíos también tenían muchos usos, entre ellos luchar y transportar cualquier tipo de bienes. Estos últimos eran pensados como buques de guerra. Se movían lentamente y, para trayectos de mayor velocidad, iban acompañados de fragatas y corbetas. Las fragatas eran muy vigorosas y podían llevar hasta cuarenta cañones. Su uso estaba dedicado exclusivamente a conflictos armados. Las corbetas, por otro lado, eran barcos de vela raudos y se utilizaban para acompañar a buques más grandes. Su finalidad era evitar el acorralamiento y abordaje de cacos y piratas.
Hoy en día, las embarcaciones a vela que se construyen son de vela ligera, así como yates, y su uso está dedicado básicamente al recreo.
Barcos petroleros
Los barcos petroleros son buques cisterna con un gran espacio para transportar grandes cantidades de petróleo u otros líquidos. Muchos de estos barcos han padecido averías en plena mar, llegando a provocar grandes calamidades naturales. El Prestige fue uno de los petroleros que se hundió en las costas de Galicia en el año 2002, causando un horroroso impacto medioambiental. Actualmente hay una ley específica para el diseño, construcción y mantenimiento de estos colosos marítimos, que pueden llegar a pesar hasta 500.000 toneladas y poseer más de 400 metros de eslora.
Los quimiqueros, por otro lado, están especializados en el transporte de productos químicos. A diferencia de los petroleros, son mucho más pequeños y el coste de su construcción aumenta considerablemente. Esto es debido al requerimiento de un diseño muy concreto, con componentes como el doble casco o sistemas de pintura específicos.
Portacontenedores y buques de transporte pesado
Los dos barcos, y sus diferencias, están destinadas al transporte de género voluminoso y pesado. Tienen grúas para acometer las maniobras y pueden llevar desde contenedores hasta locomotoras, aerogeneradores y vehículos, entre muchos otros recursos. Los principales peligros que presentan estas naves están relacionados con el equilibrio al cargar y descargar la mercadería, así como el desperfecto progresivo de las instalaciones.
Otro modelo de barcos
No todos los barcos están creados para el transporte de mercaderías, ni son barcos de guerra. Los cruceros, por ejemplo, son grandes embarcaciones destinadas al turismo marítimo. Cuentan con restaurantes, cafeterías, piscinas y habitaciones para que los hospedados se relajen.
Los buques de abastecimiento, por otra parte, ayudan a otros barcos en caso de que sea necesario, así como de suministrarles gasolina. Los remolcadores son, también, naves muy potentes y vigorosas destinadas a posibilitar las operaciones de buques más grandes.
Las dragas, por otro lado, se encargan de suprimir los residuos del fondo de los puertos, ríos y sus salidas.
Hay una gran diversidad de naves y cada una de ellas tiene unas particularidades determinadas. La navegación marítima exige de un diseño y una construcción precisa, con el objetivo de superar los estorbos que el mar, los océanos y los vientos padecen.
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