Es bastante común escuchar que, cuando alguien está triste o pasa por un momento complicado, sufre dolores en zonas específicas del cuerpo. Es aún más frecuente escuchar el lema “mente sana, cuerpo sano” porque, en esencia, una y otra guardan estrecha relación.
Es por eso que si emocionalmente la persona no está a plenitud puede experimentar dolores físicos. Científicamente, esto se conoce como somatizar. Se trata de un proceso inconsciente mediante el cual los problemas psicológicos afectan al cuerpo a través de distintos síntomas.
Esto puede derivar en enfermedades psicosomáticas debido a emociones negativas o el estrés, la ansiedad y la depresión. Entonces, sí, tiene sentido el famoso refrán: mente y cuerpo van de la mano. Por eso es importante prestar atención a las emociones.
¿Cuál es el tipo de persona que suele somatizar?
Si bien toda generalización tiende a no ser precisa, hay distintas características que se pueden tener en cuenta y, así, reconocer cuando se presenta la somatización. Algunos de los rasgos más evidentes son:
- Tendencia a experimentar insatisfacción personal.
- Dependencia y egocentrismo.
- Negativismo, catastrofismo y pesimismo.
Si una persona experimenta emociones como la ansiedad o la depresión, puede llegar a somatizar sus emociones. Quienes deben estar medicados con analgésicos o sedantes también pueden experimentar dependencia a ellos, algo que complica la situación.
Ejemplo de somatización
Con el objetivo de visibilizar más los efectos de la somatización, se recrea el siguiente ejemplo:
Desde hace varios días, Astrid experimenta dolor en el estómago y sufre desequilibrio gastrointestinal. Ocurre mientras, familiar y profesionalmente, vive mucho estrés por inconvenientes que no puede controlar. Sin embargo, se autoexige y cuestiona, sin querer apoyarse en otros para sobrellevar la situación.
Al no expresar sus emociones, estas se somatizan y afectan a su estómago.
Este es solo un ejemplo de los casos posibles.
¿Cuáles son los síntomas?
No hay un cuadro exacto de la enfermedad, según diversos estudios. Por tanto, como no se trata de una infección o problemas físicos evidentes, es difícil precisar las razones; sí se reconoce que se produce malestar y preocupación en las personas, además de dolor.
Dentro de los síntomas que normalmente se manifiestan, más allá de lo anterior, se encuentran:
- Problemas gastrointestinales, como dolor abdominal, flatulencias, diarrea, entre otros.
- Dificultades respiratorias y cardíacas, derivando en mareos, dolor en el pecho, taquicardia, y otras cuestiones.
- Problemas sexuales: falta de libido, menstruación irregular o pérdida de apetito sexual.
- Afecciones neurológicas: desfallecimiento, debilidad muscular, amnesia y hasta convulsiones. Cuando se manifiestan esos síntomas se puede considerar como un caso grave.
Consejos para evitar la somatización
Por lo general, el cuerpo emite señales de que algo no están bien cuando es necesario. Es muy frecuente escuchar que “el cuerpo es sabio”. Lo es. Así que es conveniente prestar atención a cuanto dice. Además, se le puede ayudar de la siguiente manera:
Dejar atrás las emociones negativas
Es necesario reconocerlas y pasar de ellas. No es sencillo, pero es conveniente. Por tanto, se recomienda practicar el perdón y evitar la culpa para mejorar la salud emocional.
Evitar escenarios de estrés y malestar
Si se reconoce que el estrés afecta la salud emocional es conveniente marcar distancia de esas situaciones o momentos para evitar que afecten de forma notable la salud física y emocional.
Mejora tu estilo de vida
Se puede hacer con pequeños pasos, como mejorando la alimentación, haciendo un poco de ejercicio y mejorando lo vínculos que se sostienen con otros.
Desahogo
No es sencillo, pero está permitido llorar, compartir emociones y drenar a través de distintas maneras. Para eso es conveniente contar con amigos y personas de confianza.
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