Seguro que alguna vez has oído hablar de la astenia primaveral. Se trata del conjunto de síntomas físicos y anímicos asociados al cambio de estación. Por ejemplo, el aumento de horas de luz, suele provocar mayor sensación de cansancio o somnolencia. Pues bien, este fenómeno no es exclusivo de la primavera. De hecho, muchas personas experimentan sensaciones similares con el final del verano y la pérdida de horas de sol. Es lo que se conoce como astenia otoñal. Además, el inicio del curso escolar y el retorno de muchas obligaciones del día a día aumentan el estrés y el malestar. Aunque el impacto de la astenia está más estudiada en los adultos, lo cierto que es que también afecta a niños y adolescentes. Es más, algunos estudios demuestran que el cambio de estación tiene incidencia directa en la concentración y el rendimiento escolar.
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