Te has recorrido todos los establecimientos de tu ciudad. Ya no sabes cuántos currículums habrás entregado. El dueño de la copistería te quiere como a un hijo. Te has planteado ser repartidor, camarero, dependiente. Has perdido la fe, has vuelto a encontrarla gracias a un ‘trabajo basura’. Has aprendido porqué lo llaman ‘basura’. Se te ha acabado el contrato en un abrir y cerrar de ojos. Vuelves al punto de partida. ¿Cuántas veces te has caído y levantado?